Mi otro Día

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Mi nuevo día comienza, lo de anoche fue de locos, luego de quedarme y darle servicio completo a Fernanda, ya estoy en casa, con un buen pago extra, me preparo para llegar a la universidad a tiempo, Francis quedo de pasar por mi, tengo unas enormes ojeras, pero no es nada que la base y corrector no cubran, ya estoy lista, así que salgo y ya está Francis esperándome.

- Buenos días cariño.
F: no sé que tienen de buenos, pero en fin no tienes la culpa, buenos días.
-¿Qué pasa cariño?
F: el alegre Francis no está, mejor dime mi nombre que quiero hablar como amigo, como yo.
- dime ¿Qué pasa Santiago?
F: que diferencia, wao, bien (dice tratando de sonar animado) mi madre está enferma, pero se niega a recibir mi dinero para las medicinas que necesita, dice que no quiere recibir dinero de la deshonra de la familia, que prefiere morir antes que aceptar mi ayuda, Mary yo la quiero mucho es mi mamá y quiero odiarla, pero cuando yo era indefenso y ella supo quién era yo, y lo que me gustaba ella me protegió de la gente que sin escrúpulos me juzgo e incluso me lastimaron físicamente y mentalmente, ella cambio conmigo cuando ya tuve los 18 y ya andaba con un chico, cuando yo ya no quería esconderme, entonces ella se desahogo de como se sentía y me dijo: ya te cuide porque eras mi hijo y eras pequeño, pero ahora solo vete a vivir tu vida abominable, ya te puedes cuidar solito, solo te advierto, cuando comiences esa vida, olvídate que yo soy tu madre.
( Santiago llora en silencio y se recuesta en mi hombro)
Yo solo puedo abrazarlo y dejarlo que se desahogue, e vivido esto varias veces con él, y me ha dicho que no le diga nada, que mejor lo dejara llorar y lo abrazara fuerte, y justo eso estoy haciendo.
F: mi madre se está muriendo, no tiene el dinero para las medicinas, son bastante costosas, y sabes que vengo de una familia que lucha por el pan de cada día y gracias al cielo yo puedo vivir mejor que toda la familia, quiero y puedo ayudar, pero ella no me lo permite, hoy tiene una revisión voy a ir a verla aún que sea desde el coche.

- tengo una idea, pero tienes que ayudarme, enséñame una foto de tu madre, y vamos al hospital donde la atienden hoy.
F: que planeas hacer estúpida ( dice más animado, mientras se seca sus lágrimas) acaso no tienes que ir a la universidad.
- tú cállate y déjate ayudar.
Saco mi maquillaje y me pongo más formal, cambio mi chaqueta de cuerina por una de tela muy seria estilo oficina siempre llevo una, casi siempre tengo que salir de la universidad e irme a ensayar al bar, así que me la pongo para verme más seria.

F: aquí es.
- perfecto manos a la obra, por cierto tienes tacones, puntiagudos estilo oficina, es que los necesito para terminar de verme más seria.
F: allí atrás van unos, pero son plataformas del bar
- no, eso no me hace lucir más seria, más puta si, sería no.
F: allí va mi madre.
Se queda mirando a una señora, ya con sus años, viste muy humilde, y su rostro indica que está muy enferma y su espalda curvada indica que la edad ya la alcanzó.
- manos a la obra.
F: ¡Oye espera que vas a hacer!

Yo entro al hospital siguiendo a la señora, ella dura un buen rato esperando que la llamen para su revisión pero después de una hora y por fin la llaman, al salir se dirige a la droguería del hospital, yo empiezo a seguirla y me siento en la silla delantera.

X: señora su seguro no puede cubrir estas medicinas, ni las que le mando el médico anteriormente, tiene que comprarlas por aparte.

S: señorita enserio, no me puede dar la mitad, al menos.
X: no puedo, de verdad lo siento.

La madre de Francis sale con lágrimas en los ojos y se las limpia con su muñeca de una manera muy brusca, está enojada e impotente.

- ¡Señora! ¡Señora margarita! ¡Por favor detengase!

M: para que soy buena señorita y ¿cómo sabe mi nombre?
- soy de la fundación manitas al corazón, y ayudamos a personas que no tienen para pagar sus medicinas, créame que no es la única que pasa por esto y es por eso que hemos creado está fundación, yo estuve revisando los casos de pacientes de este hospital que sus seguros no cubren los servicios completos y usted está en esa lista, ¿Permite que la fundación le ayude?

M: no tengo problema con que usted me ayude.
- recuerde no seré yo quien la ayude, será la fundación, pero yo estaré con usted para verificar que la ayuda se le haya dado, bien, prefiere que vayamos a comprar las medicinas ahora mismo.
M: se lo agradecería mucho.

Al llegar a la droguería le digo a la señora margarita que me permita las dos fórmulas para comprarselas, las termino de comprar y le doy la bolsa con todas las medicinas.

- ¿Ya sabe el orden en que debe tomarselas?
M: si señorita, más o menos puedo leer la fórmula el médico también me explico el orden, no es por presumir pero soy buena memorizando estoy vieja pero tengo excelente memoria.
- me alegro que aún tenga buena memoria, venga le pido un taxi para que llegue a su casa, y recuerde, tómese sus medicinas no lo olvide, tomelas muy juiciosa, la estaré llamando para vigilar que se las este tomando.
M: yo gustosa de responder sus llamadas, gracias por esto.
- con gusto, le haré saber a la fundación, me deja tomarle una foto, con esa hermosa sonrisa, ya sabe evidencia que requiere la fundación.
M: por supuesto.
La señora sonríe con la bolsa en la mano, le tomo la foto.
Paro un taxi le pago al taxista y me despido de la señora.
Siento satisfacción al despedirla, se siente muy bien a verla ayudado y a mi amigo del alma.

Camino hacia el coche donde está Santiago, al verme me abre la puerta.
F: ¿qué hiciste? Cuentame estoy mordiendome las uñas por saber que cosas hiciste.
- mira tu WhatsApp.
Le mandé la foto de su madre sonriendo con las medicinas en sus manos.

El salta a mis brazos y me abraza llorando.
F: te amo, mucho, mucho.
Dice mientras llena mi rostro de besos.
- si, si ya lo sé ahora llévame a la universidad que voy tarde.

Entre libros y una CamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora