Entre libros y una Cama

Recordando

Las ojeras me recuerdan la excelente noche que pase dándome un festín con mi profesora, la que gemia sin pena, y me aruño la espalda con sus finas uñas, ni siquiera preste atención a la clase, solo preste atención a lo que me recordaba la memoria.

Al llegar la hora del descanso, lo primero que hago es irme al baño para tratar de tapar estás ojeras que traigo, no tengo ojeras solo estoy en modo panda eso me digo para darme un poco de ánimo.

La puerta se abre abruptamente, es Olivia, ella ni siquiera se molesta en saludar, solo saca su cosmetiquera sencilla y empieza a hacer lo mismo que yo.

O: parece que has tenido una noche larga.
- igual que la suya.
O: ja, no tienes ni idea cómo fue mi noche.
Dice para luego mostrar una pequeña sonrisa.
- con esa cara que se trae diría que su noche si fue más emocionante.

Ella parece quedar y yo también, yo entro en un cubículo para hacer mis necesidades y ella queda mirando su teléfono, la escucho entrar en el de al lado y hablar entre dientes.

O: maldición no hay papel.
- hamm, si quiere le pasó un poco de acá.
Tomo una cantidad razonable y se la paso por debajo en el espacio que hay en cada cubículo, con mis fríos dedos rozo la piel de su pierna, ella toma el papel y roza mi mano.

Ni siquiera la hija de puta agradece, escucho como baja el inodoro y sale, yo salgo y al salir ya ella no está, pero sobre mi bolso encuentro un pedazo de papel higiénico con un enorme "gracias" con una carita feliz, deberás que ella no podía decirlo, a la vez me saca una sonrisa y yo diciendole hija de puta por no agradecer, jajaja me arrepiento, al salir a fuera está mi amiga Eliza y su mirada está muy interrogativa.

E: tengo todo el tiempo del mundo para que me cuentes que cliente te visito a noche porque tanta distracción en una de las clases que más te gusta, de seguro tiene una explicación...