Capítulo OO6: Is you like me?

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Sana llevaba la mitad de la noche con una pregunta dando vueltas en su cabeza, no había podido dormir en lo absoluto, desde hace dos días que no lo hacía, y seguía pensando en ello, incluso con sueño, las ojeras se pronunciaban cada vez más y el dolor de cabeza no la dejaba aclarar las ideas.

Le echaba la culpa a la secundaria, diciendo que el último año era el peor de todos y que no dormía por estar estudiando, Mina no lo creyó pero siguió como si nada porque ya estaba comenzando a conocer lo obstinada que podía llegar a ser la castaña, así que se mantenía en silencio y le brindaba el apoyo que creía que necesita.

Lo que realmente estresaba a Minatozaki no era la pregunta si no a quien debía preguntárselo, la sacaría de dudas pero aún así no podría aguantar la respuesta, porque era demasiado impaciente, más de lo que muchas personas creían que era, siempre necesitaba la respuesta al segundo de la pregunta porque si no tendría que aguantar interminables minutos.

Es que de solo pensar en ello siente un escalofrío traspasar su espina dorsal haciendo que se renueva incómoda en la cama, no tenía que ser muy difícil porque ha actuado con la contraria de una manera coqueta, demasiado para ser exactos, lo que hacía que tuviera un poco de confianza, pero aún así, no aguantaba los nervios, además tenían todo bien para estar quitándose esa estúpida duda que no la dejaba dormir.

Mordió su labio inferior y movió un poco la sábana que cubría su cabeza, dormía así para que Chou no viera lo mal que se veía al dormir, a ese punto había llegado, tardó un poco en encontrar el cuerpo de la menor, parecía estar abrazando la almohada mientras apoyadaba la cabeza en ésta, le pareció tan adorable que tuvo que cubrir los labios para no soltar un chillido.

Y pensar que era la misma chica que la dejó sin poder caminar en el salón de clases, sonrió un poco y suspiró, si que era una buena chica, de seguro estaba cansada por estudiar tanto, de la nada sintió unas fuertes ganas de abrazarla y pegarla a ella mientras dormían pero se contuvo, tenía que ser más fuerte que las ganas que tenía porque no quería despertarla, le daba un poco de penita hacerlo, con todas sus fuerzas cerró los ojos y se obligó a dormir.

Comenzó a pensar en cosas lindas, muchas imagines de gatitos bebés aparecieron de la nada, haciendo que se sintiera mejor es que hasta sus ojos estaban pesando, por fin dormiría y estaría más tranquila sin el estrés de la pregunta, su cuerpo se relajó por completo y hasta bostezo, todo estaba siendo demasiado perfecta y le preocupaba un poco incluso quedándose dormida no confiaba mucho en lo que le estaba sucediendo, había algo que no cuadraba para nada.

Y eso era la humedad entre sus piernas, ¿Por qué se estaba calentando de la nada?. Recuerdos de los gemidos de Tzuyu se hacían presentes, sentía que se estaba ahogando y que debía hacer algo antes de que comience a jadear, la necesitaba y no era tan tarde como para decírselo en el oído, además la rubia le dijo que siempre había querido que alguien la despertara de esa manera, así no estaría amargada.

Aún con eso a su favor se negó a levantarse, no estaría bien despertar a alguien que había estudiado tanto, de seguro estaba exhausta pero es que las manos de la menor la estaban llamando, en ciertas ocasiones apretaba la almohada y fruncía las cejas, no sabía que estaba soñando pero de seguro no era sobre gatitos.

Con cuidado se bajó de la cama y se acercó, poco a poco se recostó frente a ella y se le quedó mirando, parecía estar disfrutando lo que soñaba, sonrió, nuevamente, ya que le parecía adorable pero ahora sus pensamientos no eran eso, estaba demasiado caliente para pensar en gatitos.

"Sana". De los labios de la contraria salió un gemido, justo su nombre estaba en el, jadeó sorprendida por la intensidad, el sueño que estaba teniendo tenía que ver con ella o era una especie de broma porque estaba frente a ella, cualquier de las dos cosas la volvería loca.

Su mano temblorosa se depositó en el glúteo derecho y lo apretó un poco, quería despertarla pero no sabía cómo, que supiera que estaba ahí para hacer algo más que mirarse y sonreír. "Tzuyu". Murmuró, estaba claro que la mano no funcionaba así que la deslizó hasta el interior de los muslos ajenos, había algo extraño en todo eso, acercó la mano a la entrepierna y se impresionó al sentir lo húmeda que se encontraba, era impresionante.

"Sa-Sana". Sus ojos se abrieron como platos y suspiró, pensaba tanto en ella que hasta soñaba, eso hizo que se sintiera bien, por alguna extraña razón una sonrisa, más grande que las anteriores se formó en su rostro, estaba bastante feliz.

¿Le gustaba tanto como para pensar y soñar en ella?.

De pronto la duda volvió y presionó un poco sin darse cuenta que ese simple movimiento despertaría a Tzuyu, esta se asustó al principio pero al darse cuenta de quién se trataba se calmó un poco, la mejor manera de despertarse de eso estaba segura, apretó los labios y trató de parecer dormida para que no se diera cuenta pero ya era demasiado tarde, Sana la había visto pero hizo que no para seguir tocando y ver cuánto podía aguantar sin hacer algún tipo de sonido.

Comenzó a frotar aquella zona con rapidez, quería que estuviera bastante despierta y que actuará como que acababa de despertarse.

"Bebé te necesito". Le murmuró cerca de la oreja haciendo que la taiwanesa soltara un jadeo, había sido demasiado para ella, estaba segura que aguantaría pero las provocaciones la volverían loca. "Dentro de mi". Suspiró. "Sobre mi, debajo de mi o yo saltando sobre ti". Los ojos de la menor se abrieron de par en par al escuchar lo último. "¿Tanto te gusto, bebé?". Elevó una ceja y se cruzó de brazos, es que no sabía con quién se había metido.

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