Capítulo O16: He has returned

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Sana estaba tan feliz que saltaba con una gran sonrisa en su rostro, por fin iba a poder salir e ir a algunos lugares que Tzuyu le dijo que deberían visitar, sobre todo un parque, ésta le dijo que pasa gran parte de sus días libres ahí, porque es bastante relajante.

No había dormido en toda la noche gracias a la espera así que aunque tenía un poco de sueño seguía teniendo muchas energías, tantas que sus ojos brillaban y se mantenían muy abiertos mientras salía, por fin, al exterior, miraba de un lado a otro, la verdad es que ella prefería Japón pero ya no podía volver, sentía que era más su estilo.

Más personas, más felicidad, más compresión y por alguna extraña razón sentía que estaba como en casa, mientras que aquí todo era demasiado serio, para su gusto, nada era colorido ni una pizca de un color que no fue serio o elegante, ya entendía porque a Mina le gustaba más Corea que Japón, es igual que ella, mordió su labio inferior y apretó la mano de Chou, esta volteó extrañas a verka y notó que estaba perdida en sus pensamientos.

No era lo que esperaba además de que no ha dejado de extrañar en donde vive, sobre todo su familia por más que nunca le prestaba atención a las llamadas de auxilio que les hacía mediante noches en las que no volvia a casa por miedo a sentirse encarcelada o luchando contra su llanto mientras veía como su mamá la ignoraba y prefería decirle cientos de cosas antes de darle un abrazo o decirle que estaba orgullosa de ella.

Sus ojos se llenaron de lágrimas así que se pegó a la rabia, ésta la miró confundida pero aún así envolvió su cuerpo en un pequeño abrazo que no duró más de dos minutos ya que Minatozaki con toda la fuera de voluntad que le quedaba de apartó y siguió caminando, debería ser un día perfecto pero ella seguía pensando en todo lo que sucedió, su garganta duele de tanto que ha pasado saliva con dificultad no era lo que esperaba.

Porque aunque por las noches recuerde todo, en las tardes va a clases y eso despeja su mente, luego está con Tzuyu y se queda dormida entre sus brazos, eso se ha vuelto un patrón del que no le gustaría salir porque no se siente aburrida o desanimada, al contrario, eso la hace sentir bien una persona común y corriente que se adapta muy bien a todo, sobre todo a las cosas repetitivas algo que a ella le costaba ya que por estar experimentando pasó todo.

"No te veo muy animada". Volteó a ver a Tzuyu, esta parecía estar un tanto triste ya que bajó los hombros y suspiró. "Vayamos por helado". La japonesa asintió tan feliz que el brillo en sus ojos volvió tan rápido como la tomó de la mano y jaló.

"Mina dice que por aquí hay un lugar que venda los mejores helados de Corea". Tzuyu asunto con una pequeña sonrisa, era impresionante la capacidad de cambie de personalidad en tan solo un día, porque hace algunas horas, específicamente en la noche, ambas no estaban tan tiernas como deberían, una saltaba en los dedos de la otra mientras se retorcía y gemía tan fuerte que daba la sensación de que las paredes vibraban.

Y ahora están corriendo super feliz en busca de la mejor tienda de helado de toda Corea según una chica que cada que prueba cosas en distintos lugares va otorgándole el título. "Un helado de fresas y uno de chocolate por favor". Sana se quedó mirando a Chou, no es que no se haya dado cuenta de su belleza si no que cada vez era más notable ante sus ojos, tal vez porque la ha visto de muchas maneras, desde muchos ángulos y se ha dado la tarea de descubrir algo nuevo cada que lo hace.

No hay palabras para describir lo hermosa que es, tiene esa aura de chica fría pero que si conoces puede llegar a ser lo mejor del mundo, además esa sonrisa tan cálida y tímida hace que el corazón de Sana estalle de felicidad, no es algo tan común en ella, eso de sonreír en público es un milagro y está segura que las personas que lo vean están bendecidas.

"Los helados los traerá un chico". Tzuyu se sentó y se quedó mirando a Minatozaki, ésta tuvo una sensación extraña en el cuerpo como si algo malo fuera a pasar así que se dio media vuelta con tanta lentitud que Chou no entendía lo que le sucedía.

Cuando sus ojos chocaron con la persona que traía el helado sintió que si mundo se vino abajo, la había encontrado, volvió en medio de las cenizas para destruir, nuevamente, su mundo, no quería que eso sucediera que se diera cuenta que era ella aunque era muy tarde, sus ojos se conectaron por una décima de segundo que fue eterna para la menor.

"Aquí tienen". Sonrió y le pasó el helado mientras la miraba a los ojos, eso está a siendo una especie de amenaza por como rozaba sus dedos con tanta lentitud que no podía más, iba a gritar y salir corriendo.

Un nudo se formó en su garganta pero no quería que Tzuyu se diera cuenta de lo que estaba sucediendo así que la agarró de la mano. "Debemos ir al parque que me dijiste, porque se nos hará tarde". La jaló con insistencia, la rubia asintió confundida mientras miraba al chico, éste parecía estar bastante impresionado por la presencia de Minatozaki, algo en ella se encendió, los celos, esos que ha estado guardando porque es la peor sensación que puede sentir un ser humano.

Porque tarde o temprano cambia a las personas, el tierno y adorable ciervo se puede convertir en un lobo sediento, que busca asesinar a cualquier animalito que se me crucé por encima, solo por diversión.

Sana movió un poco la cabeza para ver hacia atrás una lágrima rodó por su mejilla al ver como el chico la saludaba como si fueran viejos amigos, ella debía deshacerse de él.

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