Capítulo OO8: Silence

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Y ahí estaba la castaña, en la última fila esperando a su quería Tzuyu que parecía estar un tanto atrasada, solo treinta segundos que para ella eran un tormento, no tenía ni la menor idea de lo que iba a suceder y esa adrenalina la estaba llevando a cosas que de seguro no sucederían, tiene una gran imaginación y no se cansa de pensar en las cientos de cosas que pueden suceder en ese lugar, es bastante pequeña es más está segura que nadie puede verlas, algo que es bueno porque no le gustaría ser el hazmerreír de toda la escuela.

Apretó los labios se asomó un poco, la parte derecha de su rostro era la que se veía detrás de la estantería llena de libros que a nadie le importaban, no había absolutamente nadie y ya estaba comenzando a pensar que se quedó con Jihyo, no lo iba a negar porque tampoco era ciega, esa chica era hermosa y sorprendentemente enérgica, parecía que no dejaba de sonreír en ningún segundo, al igual que ella, pero no llegaba a ser de esa manera.

De seguro no podría competir y está ahí por gusto, aún con eso en mente seguía porque por alguna razón que desconocía sentía que la rubia llegaría de seguro corriendo o haciendo una seña para decirle lo que sea, es que no puede con tanto, le late el corazón con fuerza y espera que todo salga bien, no quiere tener más sufrimiento.

Además confía en la menor, sabe muy bien que ésta no sería capaz de dejarla plantada, sacudió la cabeza tratando de alejar todos esos pensamientos y se centró en lo caliente que estaba, su piel estaba hirviendo y sus mejillas estaban tan rojas que parecía que se había aplicado rubor, cuando no era así, sus labios entre abiertos dejaban a la vista varias marcas de mordidas, es un hábito que tiene para relajarse o para ocultar los gemidos.

Suspiró y se apoyó de la pared que estaba detrás de ella hasta que sintió algo raro, aquella pared respiraba y parecía estar aguantando la risa, abrió lentamente los ojos y bajó la mirada encontrando unos brazos que la envolvieron en un abrazo. "¿Pensabas que no iba a venir?". Se encogió de hombros, obviamente no le diría que ya se encontraba celosa por Jihyo, porque sabía que era evidente y no le gustaba admitir que estaba comenzando a desarrollar sentimientos hacia la contraria.

Así que entre más silencio guardaba mejor, eso era lo que creía y espera que siguiera así porque lo que menos quería era hacer que todo se estropeará por no aguantar algunos meses más.

"¿Para que me citaste aquí?". Preguntó haciéndose la inocente, Chou elevó una ceja y rodó los ojos mientras se acercaba a ella.

"¿Por qué crees que lo hice?". No iba a decir una sola palabra porque cada que lo hace las cosas no salen como ella quiere. "Contesta Sana". Dijo con un tono de voz autoritario, eso hizo que sus piernas temblaran levemente y sus brazos se durmieran.

"Quisiera que me des una pis-". No terminó de hablar ya que Tzuyu no aguanto más y unió sus labios, el beso era desesperado como si no lo hubieran hecho desde hace demasiado tiempo, las manos de la menor viajaban por su cuerpo haciendo que perdiera el aire, ya la tenía jadeando y solo era un beso, mordió levemente su labio inferior antes de sorprenderse por la fuerza que tenía la contraria, ésta la agarró en peso y la pegó a la pared.

Le dolió como nunca antes pero una parte de ella disfruto aquel ardor en su espalda, apretó los párpados y trató de seguir el beso lo más que podía pero se le hacía demasiado difícil, su cabeza daba vueltas así que se separó un poco para tomar aire, echó un poco la hacía hacia atrás esperando que Chou besara su cuello pero no fue así, en cambio escuchó el sonido de algo rasgandose, sus ojos se abrieron y se dio cuenta que se trataba de su ropa interior.

No entendía como se la había podido quitar en esa posición, ahora su centro estaba libre y Tzuyu parecía estar contenta por eso, la dejó en el suelo y le dio la vuelta, ahora su frente estaba pegada a la pared al igual que sus manos a cada lado de su cabeza. "Abre las piernas". Lo hizo sin esperar un solo segundo. "Que obediente". Metió dos dedos de golpe, no estaba siendo para nada cuidadosa, iba con tanta rapidez y fuerza que le dolía tanto que arqueó la espalda y sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas, era una sensación única.

La estaba castigando por provocarla de esa manera y eso la estaba calentando cada vez más, sentía como de la nada su intimidad apretaba los dedos de Tzuyu, eso la hacía gemir, los sonidos obscenos de sus fluidos chocando contra la mano de la rubia, el ambiente comenzó a calentarse tanto que no podía dejar de jadear y mover las caderas hacía abajo, presionando lo más que podía.

"¿Quieres terminar rápido?". Asintió y se mordió el labio al sentir una corriente pasar por su nuca, estaba llegando al límite y sabía que debía hablar antes de eso para poder avisarle a Tzuyu, quería que fuera ruda con ella, que la destrozará e hiciera gemir tan alto que no podría soportarlo pero bajó lentamente la velocidad y eso hizo que se le escapara por completo el aire que tenía acumulado en sus pulmones esperando el final.

"¿Po-por qué?". La rubia rió un poco cerca de su oído y le dio un pequeño beso en éste.

"Solo quería jugar". Miró su reloj, tenían clase en poco tiempo y debían apresurarse si no es que querían levantar sospecha entre las estudiantes, aunque no le desagrada la idea de que Jihyo se entere que estaba con ella. "¿En serio quieres hacerlo?". Asintió y la miró por encima de su hombro. "Guarda silencio, no quiero que nadie nos escuche".

Inclinó un poco la cabeza y comenzó a mover sus dedos con tanta rapidez que Sana perdió la fuerza en las piernas, Tzuyu tuvo que sostenerla con el brazo izquierdo para que no se cayera.

Los gemidos y jadeos de Sana se hicieron cada vez más frecuentes al punto de que era lo único que se escuchaba. "Tzuyu voy a...". No le dio tiempo de hablar ya que todo su cuerpo se tensó al mismo tiempo que rodó los ojos y soltó un fuerte gemido, Chou se impresionó y sonrió para ella misma cuando movió un poco más los dedos y se dio cuenta de lo mojada que estaba.

"No guardaste silencio". Le dio una nalgada con todas sus fuerzas. "Espero que para la próxima si me hagas caso porque si no lo haces te juro que te dejó al borde del orgasmo y me voy".

"Perdóname". Bajó la mirada. "Creo que...". Suspiró.

"Diré que te sentiste mal". Sonrió atontada. "Te llevaré a la habitación, ven". La agarró en peso y sonrió un poco. "Se me había olvidado lo pesada que eres". Exageró una nueva de dolor.

"¡Deja de molestar!". Chilló.

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