8 - Misión

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El momento finalmente llegó. Las puertas del ascensor, ya en la planta baja, comenzaron a abrirse a la par que Feit y Ana se aferraban a las paredes laterales para que no se les pudiera ver desde el pasillo.

Todos los disparos y gritos habían cesado, y solo podían escucharse las manecillas de un reloj de pared . tic, tac, tic, tac. Ninguno de los dos se atrevió a asomarse hasta que no había pasado casi un minuto completo.

Finalmente, Feit sacó la cabeza de la zona segura para inspeccionar el exterior, aunque no tardó en volver a refugiarse en la seguridad que ofrecían las paredes del elevador cuando se encontró de frente con los cuerpos sin vida de enfermeros, pacientes y familiares de pacientes, cosidos a balazos y formando extensos charcos de sangre en el suelo.

✝Mierda...✝

Susurró una vez que ya estaba de nuevo junto a Ana.

✝¿Que ha pasado? ✝

Preguntó ella con un hilo de voz.

✝Están todos muertos. Todos.✝

La respuesta de Feit estuvo acompañada de cierto pesar. Al fin y al cabo, se suponía que fueran quienes fueran aquellos que habían hecho aquello, le querían a él. "Si han matado a todas las personas que se han encontrado, seguramente me buscan para matarme." Esta idea hacía que el terror reptara por todo su ser, obligándole a sentirse débil e indefenso por tener, por primera vez en su vida, la muerte tan de cerca. Continuó con unas palabras más hacia Ana, en un burdo intento por no perder la calma.

✝Hay muchos muertos, pero el que se los ha cargado no está. Si nos quedamos aquí y esperamos hasta que llegue la policía, podremos salir de esta. ¿Llevas el móvil encima?✝

Ella negó con la cabeza antes de responder. ✝Lo tenía sin batería, lo dejé en casa cargando. No dejes que nos maten...no quiero morirme, Feit. Por favor... ✝ Rogó intentando no llorar. ✝ ...prométeme que vamos a salir de aquí vivos.✝

✝Te lo prometo, Ana. No vas a morir hoy. ✝

Respondió él con determinación. Pero su confianza se tambaleó cuando empezaron a escucharse pasos acercándose. Ana, cerrando los ojos y susurrando oraciones, se abrazó con fuerza a Feit. Los pasos sonaban cada vez más cerca, y podía distinguirse que provenían de más de una persona. Uno de ellos habló, era una voz masculina grave y seria.

✝ ¿El ascensor ese estaba abierto antes? ✝

✝ No, no lo estaba. Vamos.✝

Le respondió el otro, de voz más afilada. Ana reforzó su abrazo, mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas y los firmes y amenazates pasos repicaban cada vez más cerca.

"¿Vas a esconderte como una rata?" Dijo la voz de Dénesis. "No, no... tengo que protegerla" Respondió Feit."Entonces, ya sabes lo que tienes que hacer"

Cuando el primero de los atacantes,totalmente vestido de negro, entró en el ascensor arma en mano, fue recibido con un golpe en el cuello desde un ángulo ciego que no pudo esquivar, derrumbándose por la pérdida de equilibrio. Al caer se golpeó la cabeza contra el panel de control del ascensor, pulsando varios botones con la nuca. La sangre comenzó a descender lentamente por su rostro y cuello, y pudo ver, antes de perder el conocimiento, unos profundos ojos verdes mirándolo fijamente. Las puertas se cerraron, y el ascensor comenzó a subir hacia el quinto piso, pues había sido el quinto botón el que la cabeza del atacante había pulsado primero.

Ana no pudo contener sus nervios, y comenzó a temblar y a llorar con intensidad, hasta que pudo escuchar la voz de Feit. O para ser más exactos, la voz de Dénesis, al que Feit había vuelto a entregar el control de su cuerpo.

Alas Rotas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora