Sharp volvió al ataque, acometiendo de frente y sin contemplaciones.
Pese a la velocidad del movimiento del joven de ojos violetas, Cheeta lo esquivó sin dificultad aparente, encajándole después una nueva patada en el torso.
Sharp rodó por el suelo hasta que pudo recobrar el equilibrio. Aquel segundo golpe de tal magnitud, en la misma zona del cuerpo que el anterior, había acentuado el dolor que recorría a Sharp de arriba a abajo sin compasión. Tras unos segundos, logró ponerse de pie nuevamente, con la ropa cubierta de hojas secas y tierra.
✝Esta pelea ya no tiene sentido, agente de la INDRA. No puedes herirme, mucho menos derrotarme, asi que tu misión fracasa aqui y ahora. ¿Por qué no te vas por donde has venido? Así nos ahorras el tiempo de pegarte una paliza, porque la verdad es que tenemos un poco de prisa.✝
Dijo Cheeta con tono amable. Pero sus palabras fueron ignoradas por Sharp, que se precipitó una vez más hacia el fracaso, esta vez sujetando la espada con ambas manos para añadirle fuerza al corte.
Cheeta detuvo la katana con la mano derecha, dando con la izquierda una bofetada en la cara de Sharp, tan veloz que Feit se la perdió por parpadear. Una vez más, Sharp salió despedido hasta chocar su espalda con el firme tronco de un árbol, soltando en el proceso la katana, que quedó tendida sobre la hojarasca.
A duras penas consiguió ponerse de rodillas. Una nueva ráfaga de brisa fresca le acarició el rostro, adormecido por el manotazo, mientras tomaba una decisión. Una que, pese a que no le quedaba más remedio, no le agradaba tener que tomar en una situación así.
Mientras tanto, Feit y Ana contemplaban impasibles y anonadados el enfrentamiento desde una distancia relativamente segura, amparados por la seguridad que un desnivel en el terreno les ofrecía. Ni una sola palabra salía de sus bocas, pues toda su atención estaba ocupada.
Ayudándose de su brazo izquierdo y usando el tronco sobre el que había impactado como apoyo, Sharp consiguió ponerse una vez más en pie, haciendo un gran esfuerzo para combatir a la parte más racional de su ser que le imploraba alejarse de allí lo antes posible, alejarse de aquel monstruoso oponente que no podía ser herido.
✝Debo cumplir la misión. Aún si debo saltarme el protocolo... te mataré.✝
Titubeó mientras cerraba sus ojos e inspiraba fuertemente. Extendió el brazo derecho hacia el frente, y la katana se desplazó por si sola desde el suelo hasta su mano.
La brisa se detuvo por completo, y una tenue luz púrpura empezó a emanar de todo el cuerpo de Sharp, imbuyendo también la katana.
✝Reconozco que has sido un duro oponente, hombre del sombrero. No entiendo de donde sacas tus capacidades sobrehumanas, pues no parece que seas huesped de un unka. Aunque la verdad es que tampoco me interesa saberlo. Pero no me voy a contener más. Esto acaba aquí y ahora. ✝
Dijo mientras la luz que lo cubría se hacía más intensa.
✝Muere✝
Susurró despues, blandiendo su katana horizontalmente. De esta salió desprendida un rapidísimo haz de luz violeta que Cheeta pudo esquivar agachándose en el momento preciso, y que cercenó cuatro árboles a su paso. Las pesadas moles de madera hicieron un estruendo increiblemente ruidoso al desplomarse, que pudo oirse a kilómetros de distancia.
Antes de que el pelirrojo pudiera ponerse de nuevo en pie, Sharp volvió a blandir su espada, esta vez verticalmente. Una nueva ráfaga de aquella energía violeta salió despedida, y Cheeta tuvo que rodar hacia la derecha para evadirla.
Ana, aterrorizada, tiró del brazo de Feit.
✝Vámonos de aquí, Feit. Como sigan así va a caernos un árbol encima y...✝
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Alas Rotas ©
FantastiqueFeit, un chico de 16 años, ha tenido siempre una vida socialmente difícil a causa de su sobrepeso. La atracción que siente por una chica que sabe que no es para alguien como él hará que una criatura sobrenatural aparezca en su vida con algo que ofr...