- la doncella es secuestrada por el dragón, por favor, salvarla de las garras del temible monstruo de ojos en rayas, ellos comen mujeres, destruyen pueblos, destierran reinos y asesinan héroes - Melanie se encogió cuando la mano del chico comenzó a...
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Melanie miró con ira a Ketsaya, su espada brillando contra la de ella, presionando hacia abajo con fuerza, mientras intentaba recitar algún hechizo de debilidad, algo contra esa maldita humana de una vez.
- ¡mierda! - furiosa presionó con más fuerza, pero esta vez Melanie rodó con su muñeca y la empujó hacía un costado, a pesar de que no tenía la fuerza de un fantástico, la espada poseía el mana de varios guerreros, eso servía bastante en su situación mortal.
- ¡Huf! - Ketsaya cayó de pecho al suelo, su espada salió volando y desapareció en el aire, molesta intentó voltear en su eje, pero dos pares de piernas se posaron a su alrededor y el peso de Melanie la inmovilizó.
Rápidamente, cogió la espada y la iba a clavar en su nuca, Melanie gritó con furia mientras lo hacía, pero... solo arena explotó a su alrededor, confundida, vio la materia desplazarse por el suelo, lentamente cuando levantó su espada.
- idiota -
Un golpe en la cabeza la dejó confundida por unos segundos, cayó de rostro al piso ante la patada que le lanzaron. Dejó escapar un "huf" de dolor, Melanie parpadeó apretando la montura de la espada entre sus dedos.
- ah, toda tu maldita familia siempre se ha hecho la valiente - murmura Ketsaya llena de odio - mi hermano, su maldita esposa, sus hijos, Aneu, Jungkook, sus maldito niños, toda su maldita descendencia.
Melanie gateó sintiendo la sangre caer de sus labios, su labio estaba partido, el metal dentro de su boca la hizo asquear, pero eso no la iba a detener.
- somos una plaga entonces - murmuró la niña - eres débil, Ketsaya, solo eres una simple humana jugando a tener poderes.
Ketsaya enrojeció de ira.
- ¡soy una bruja! - exclamó, toda su vida había escuchado esas repugnantes palabras, siempre, jamás iba a aceptarlo, ella nació para la grandeza, y no importaba a quién debía arrancárselo para tenerlo.
- eres solo una humana, Ketsaya - Melanie se levantó limpiándose la boda con el dorso de su mano - con un poder robado, con algo que no es tuyo. Tú no eres una bruja.
Ketsaya gritó molesta, la magia negra de su cuerpo comenzó a temblar, los tatuajes se movían como serpientes en su piel, las marcas debajo de sus ojos y dedos, todos los símbolos de robo, algo que no era de ella.
- ¡te voy a matar! - otra espada más grande apareció en las manos de la bruja, moviéndolo con gracilidad, corrió hacía Melanie.
Melanie corrió hacia un costado y se lanzó contra el suelo, sintió el dolor en sus costillas por un momento, hasta que la adrenalina la hizo aferrarse a la cordura que tenía y empezar a moverse con cada golpe que Ketsaya le estaba lanzando.
Saltó de nuevo detrás de los muebles ricos en oro de los Eilenne. Ketsaya usaba su magia a su alrededor, intentando confundirla en los pasos, eso intentaba, pero cualquier espada que Melanie tocaba, brillaba de pureza Valkiria. No sabía por qué las espadas brillaban de esa manera, pero terminó amándolo.
Melanie buscó con la mirada algo adicional con lo que defenderse, solo había adornos, fotografías de los Eilenne, cuadros, cortinas doradas y los muebles. Intentó llegar a los jarros encima del mármol, gateo apresurada mientras sentía el piquete en sus costillas, aunque no logró avanzar ni dos pasos, cuando tiraron de su tobillo.
Ketsaya formó un lazo negro, hecho de tierra del inframundo, debilitaba a las personas, ya sea fantástico o humano, con fuerza empezó a tirar de Melanie, como un simple juego.
- ¡Ha! - Melanie voltea un poco, levanta su pierna. Al instante en la que Ketsaya levanta su guadaña, Melanie le da un golpe rudo en el estómago con su bota, la bruja cae al suelo sorprendido. No esperaba eso.
Melanie se levanta con un poco de dolor, se aprieta el estómago y sale corriendo por la puerta de ingreso.
- ¡regresa! -
Jamás había estado dentro del palacio central de los Eilenne. Cuando la tuvieron encerrada, no salía a pasear para nada, se mantenía en el cuarto hablando con Taehyun gato o mofeta, inclusive sus padres entraban con ella a dormir o quedarse allí. Nunca estuvo en los pasillos del lugar.
Así que, cuando comenzó a correr, no sabía a dónde estaba dirigiéndoselo. Escuchó como las paredes temblaban a su alrededor, con fuerza. Volteó solo para ver a Ketsaya tocando las paredes, de sus dedos salían sombres rígidas que pasaban lentamente, lo que hacía temblar todo, aquello la asustó.
- ¡esto me recuerda algo! - exclamó.
Melanie se escabulló por otro pasadizo, antes de que si quiere Ketsaya la pudiera ver, abrió una de las habitaciones y se metió en silencio.
- ¡así perseguí al bisnieto de Aneu y Jungkook! -
Melanie jadeó.
- ah, ese mocoso de mierda, era tan bueno en la magia, salió como mi hermano - las palabras de Ketsaya resonaban con fuerza, como si su voz se deslizara entre las paredes - era tan joven y tan inexperto con su magia, fue muy fácil quitárselo, no sabes cuantos años me duro su mana.
Melanie arrugó su frente, apretó sus labios en una línea recta y se mantuvo en silencio.
Miró la habitación en la que estaba, muebles, cómodas de lujo y diferentes objetos modernos, no sabía de quién era la habitación, pero iba a agradecerle al dueño por las espadas de adorno que estaban en la pared. No eras de filo, más bien, eran de esgrimas, pero le iban a servir.
Corrió hacia ellas y las sacó de su pedestal, al instante en que su piel hizo contacto con el material, esta comenzó a brillar. El filo de la espada se hizo cortando, lo notó perfectamente.
- ¡aquí estás! -
Una fuerte ráfaga de aire cortando sacó volando la puerta, Melanie ahora no podía correr más, tenías que terminar con Ketsaya de una vez por todas.