- la doncella es secuestrada por el dragón, por favor, salvarla de las garras del temible monstruo de ojos en rayas, ellos comen mujeres, destruyen pueblos, destierran reinos y asesinan héroes - Melanie se encogió cuando la mano del chico comenzó a...
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Melanie observó el jardín desde el patio trasero de esa casita, las flores regadas por todas partes luego de que las hadas hubieran estado jugando a su alrededor toda la mañana para distraerla.
- parece que le agradas a número nueve - hablaron, Melanie volteó y vio a su tía, Joirietsen, se la habían presentado hace unas horas y parecía que conocía más de ella que su persona misma.
Joirietsen era magistralmente hermosa y loca, más loca, a veces la veía hablar con su hombro y reír tontamente, el vestido que llevaba a veces dejaba ver sus piernas desnudas y esbeltas, era una grosería decir que era gordita, porque eso le hacía ver mucho más hermosa, tenía tatuajes en sus muslos que parecían cambiar de lugar constantemente, pedrería en su mano que brillaba cuando utilizaba diferente tipo de magia y cabello que cambiaba de color, sobre todo ese aroma a no bañarse seguido, si, definitivamente era de su familia.
- es muy pequeña - murmuró la joven acariciando la cabeza del pequeño ser, no media más que su mano, tenía dos pares de ojos enormes y sin parte blanca, tenía pequeñas hojas pegadas a su piel como si ya fueran parte de ella, lo que le agradaba era que tenía una ropita rosadita más parecidas a las rosas, si, eso era.
- número nueve es una de las últimas hadas que quedaba en Rusia, logré rescatarla de un cautiverio dónde experimentaban con ellas para rejuvenecer piel de elfo - mencionó Joirietsen, la bruja tendió su mano para que la pequeña hada se sentará en su palma, escarcha dorada se esparció entre sus dedos - el lugar era un refugio, Mabel y Jimin lo habían fundado, pero luego de su muerte los elfos Eilenne tomaron el lugar, siendo ahora un lugar de prácticas terribles.