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Jennie llegó esa noche a su departamento, en compañía de un guapo muchacho de piel pálida, ojos pequeños y cabello negro, desgastado, parecía tener los dieciocho años que Jen tenía.

Su conejo se encontraba en el sofá, tomando una siesta, cuando la puerta es abierta, y risas ingresan a la habitación, despertando y asustando al animal.

Era su dueña Jennie, pero no venía sola.

Se encontraba hablando con un muchacho, ambos muy animadamente, pero algo melosos.

El conejo gruñó cuando ambos se acercaron al sofá, y se sentaron juntos, al lado del animal.

ㅡ¡Lili, pequeña! ㅡexclamó animadamente la morena, tomando con delicadeza al animal para posarlo en su regazoㅡ ¿Cómo estás, pequeña? ㅡpreguntó acariciando su cabeza.

Como si el animal pudiese responder, Jennie la observó expectante, aún masajeando su cabeza con sus dedos delgados.

ㅡEs muy bonita ㅡcomentó el muchacho junto a Jennie, dirigiendo sus dedos al pelaje del conejo, donde acarició unos pocos segundos, antes de que el animal, celosa, dirigiese sus dientes a las manos del chicoㅡ ¡Auch! ㅡse quejó, retirando sus manos.

Jen retiro toda la atención puesta en el animal, para ponerla en el otro muchacho, que chillaba adoloridos por una simple herida en su mano.

ㅡLo siento, no suele hacer eso. Disculpa ㅡtartamudeó la morena tomando la mano del muchacho, y acariciándolo con suavidad.

El rostro del de cabello negro, cambió rotundamente de una expresión de dolor, a una más calmada, y algo sonrojado.

Ambos se observaron, y se sonrieron, antes de que el de cabello negro se acercara unos cuantos centímetros a Jennie, podando sus manos sobre la mejilla de esta, y sonreírle.

La coneja espero un movimiento peligro por parte del de cabello negro para comenzar a atacar, pero tras la sonrisa que la morena tenía, no pudo hacer nada.

Estaba feliz.

¿Qué podía evitar? Ella solo estaba muy feliz.

Y ni se imaginó cuando el de cabello negro besó los labios de la castaña de manera repentina.

La coneja se levantó del regazo de la castaña, siendo completamente innecesario en esa escena, y se volvió a la habitación de Jennie, donde podría descansar sin ser interrumpida.

Ya siendo bastante tarde, la coneja escuchó la puerta principal cerrarse, y un rato después, la de la habitación abrirse, dejando ver a una linda castaña sonriente.

Cuando Jennie captó a la coneja en su cama, soltó una risita dirigiéndose a ella, para terminar recostándose a su lado, mientras le acariciaba el suave pelaje.

ㅡ¿Por qué hiciste eso, Lili? ㅡsonríe la morena.

La coneja se rinde, y se acuerda en el cuello de la castaña.

Siente a Jennie reír.

ㅡYa veo que no te agradó Hoseok.

Bueno.

No podía negarlo.

Pero si estaba feliz...

"Una simple coneja" no podía hacer mucho.

Conejita - Jenlisa [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora