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Jennie se removió incómoda.

ㅡMm... no lo sé... Es una linda foto, ¿No lo crees?... Fue un lindo día ese...

Lili continuaba viendo la fotografía sin expresión alguna. Ella sólo observaba y observaba, y a Jennie comenzaba a desesperarle que pensara tanto solo por esa fotografía que simplemente se había olvidado de quitar del cajón.

ㅡHoseok te dejó por alguién más. ¿Por qué conservar algo de alguién que te hizo tanto daño?

La maldita chica tenía razón.

Jennie se sintió pequeña y no precisamente por su estatura, que era menor a la de la muchacha Lili.

Nunca tuvo el valor de quitar esa fotografía, a pesar de todo lo que había pasado.

ㅡNo sé si quieras hablar sobre eso ahora... ¿Por qué no vamos a comprar? Debes estar hambrienta.

Lili volvió a asentir sonriente. Hasta el momento, Jennie se había dado cuenta de lo risueña que parecía ser la muchacha.

Era todo muy extraño para ella todavía, por obviedad. No todos los días tu mascota se convertiría en una humana solo porque salía en una supuesta caja la cual nunca leíste.

Jennie intentó sonreír, lo que terminó por ser una simple mueca incómoda.

La muchacha no lo había notado al parecer, pero había tocado un poco algo sensible para Jennie.

Lili sabia que Jennie había sufrido mucho en la temporada de ruptura con Hoseok, pero no es cómo si Jennie le hubiese dicho cada detalle de su relación. Ella ni era tampoco una loca que hablara con paredes, plantas o animales.

Jennie tomó su billetera de su habitación, la mano de la muchacha y la guió hasta las afueras del edificio.

La ingenuidad y la inocencia de la muchacha era algo adorable en todos sus sentidos.

La muchacha agitaba su mano mientras caminaba por las afueras del departamento, sin notar si quiera si pudieran estarle juzgando, sin notar que vivía en una sociedad tan conservadora.

Jennie se sentía extrañamente cómoda. La calidez de sus manos juntas era algo muy cómodo y bonito por lo menos para ella.

Lili sonreía mirando a todos lados, muy fascinada de todo lo que veía.

La coneja no solía salir todos los días del departamento, quizás unas tres o cinco veces por año, nada más.

Jennie pensó que debería haber sido muy frustrante para ella como coneja pasársela entre esas aburridas cuatro paredes.

De momento, agradecía no haberse pasado del límite cuando estaba con Hoseok en su departamento.

¡La coneja lo había visto todo!

¿Les habrá visto besándose alguna vez?

Por supuesto que sí. Su primer beso fue en el sofá de su departamento con la coneja en su regazo.

Jennie sintió sus mejillas acaloradas, y retiró su mano se la de Lili para pasar estar por su rostro algo nerviosa.

Lili le observó extrañada.

ㅡ¿Sucedió algo? Nuestras manos estaban bien unidas ㅡdijo Lili y observó con más atención el rostro de Jennie, y se percató de su repentino calorㅡ ¿Por qué pareces una fresa? Te ves bonita así ㅡla pelinegra sonrió ampliamente.

Jennie se sintió sonrojarse aún más.

Le parecía ciertamente divertido que la muchacha fuese tan tierna y risueña, considerando que cuando estaba sobre ella, en su cama, con una repentina erección, lo último que le parecía, era alguién tierna.

Conejita - Jenlisa [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora