🐰 13 🐰

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Normalmente, al despertar, Jennie solía oír el tráfico de las calles frente a su departamento. Siempre era algo muy molesto.

Ese día, despertó abrazada a un pecho desnudo y formado, escuchando aves de altamar, y olas golpearse entre sí, con suavidad.

No quiso levantarse de inmediato. Estaba tan cómoda. Cuando era novia de Hoseok, nunca despertaron de esa manera, porque a él no le gustaba abrazarla. Decía que se le hacía incómodo.

Sintió los brazos del cuerpo ajeno presionarse contra el delgado y pequeño torso de esta, atrayéndola. Jennie sonrió, escondiendo su rostro en el pecho ajeno.

¿Qué era lo que le estaba sucediendo? Ahora que lo pensaba, se tragaba de su mascota. Su conejita. Estar de esta manera tan íntima, era extraño, pero demasiado tentador. No quería pensarlo mucho más. Sólo sabía que... Le gustaba. Sentía cosquilleo como nunca sintió con otro novio y... Lisa no era su novia. Su sonrisa se borró. ¿Por qué estaba sintiendo esas cosas por una mujer? De pequeña nunca le agradaron esas cosas, pero ahora todo era distinto. Sentía algo por una mujer, por Lisa. ¿Estaría guardando sentimientos por ella? ¿Se quedaría como humana para siempre?

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un quejido que soltó la más alta. Jennie alzó el rostro, notando el ceño fruncido de la contraria. Sus mejillas estaban sonrojadas. Estaba jadeando, y sus ojos estaban cerrados.

Jennie se incorporó de inmediato para revisarle. ¡Lisa ardía en fiebre! ¿Podía suceder algo así? ¿Podía, siendo una criatura mágica? ¿Y por qué?

De pronto, notó algo en un extremo en el cuerpo de Lisa. Quitó todas las sábanas de su cuerpo, y se llevó una sorpresa.

Los dedos de Lisa, comenzaron a teñirse de blanco poco a poco. Por ahora, sólo era un blanco en unos pocos milímetros de sus dedos, pero Jennie sabia que comenzaba a extenderse.

ㅡ¡Oh, cielos!

Y de pronto sin saberlo, Jennie comenzó a llorar desesperada mientras buscaba agua, y empapaba un paño. Pronto, sus lágrimas aún se resbalaban por sus ojos, puso el paño sobre el rostro de Lisa, y así lo hizo por toda la extensión de su cuerpo. La muchacha sólo jadeaba y balbuceaba incoherencias al azar. Pero cuando Jennie pasaba el paño por su pecho, una de las manos de Lisa jaló su brazo. Jennie la observó. Ella tenía los ojos abiertos, pero levemente.

ㅡ¿J-Jennie?

ㅡAquí estoy, bebé, aquí estoy... ㅡJennie dejó el paño a un lado, y besó la frente de la pelinegra, que tenía su entrecejo fruncido aún, mientras la observaba.

ㅡ¿Q-quién te ha hecho llorar, JenJen? ㅡsusurró débilmente.

Jennie rió suavemente. No le diría que entró en desesperación por su culpa.

ㅡSo-solo es algo de sudor. Hace calor hoy, Lisa...

ㅡMe siento mal, JenJen... ㅡLisa volvió a jadear desesperada, y Jennie apretó su mano con fuerza, sin saber que hacer.

Entonces, alguién tocó la puerta.

Jennie, con los ojos vidriosos, besó la cabeza de Lisa una vez más, antes de alejarse y abrir la puerta rápidamente.

ㅡ¿Usted quién es?

Una anciana de cabello gris yacía frente a ella. Tenía unos hermosos ojos azules, y llevaba en sus manos, un maletín con el número "21" ennegrecido.

La mujer entró rápidamente a la habitación, y tomó asiento junto A Lisa. Jennie observaba perpleja, mientras cerraba la puerta.

ㅡ¡Dígame quién es! ㅡinsistió.

Entonces, la mujer sacó utensilios de enfermería de su maletín.

ㅡShin Eumi ㅡsu voz era duraㅡ Le vendí un conejo encantado a tu madre cuando tenía once años.

¡¿Qué mierda?!

ㅡPero veo que nunca te dijo nada sobre esta clase de criaturas.

ㅡ¿De qué habla? ¿U-usted vendió a Lisa? ¿Po-por qué está aquí?

La mujer puso algunas velas sobre el abdomen de Lisa, y Jennie horrorizada y asustada, jadeó. Los pechos y abdomen de la pelinegra estaban completamente descubiertos.

ㅡCielos...

ㅡEsto es un síntoma ㅡdijo la mujer, moviendo sus manos sobre el abdomen de la pelinegra.

ㅡ¿De-de qué?

ㅡJovencita, estas criaturas tienen límite ㅡla anciana suspiróㅡ deben de cumplir un deseo profundo en un horario. De lo contrario, desaparecerán.

¿Desaparecer?

Jennie no estaba lista para dejar ir a Lisa. No. La había tenido con ella toda la vida. No podía irse. No podía permitirse eso, no aunque le trajese al hombre o mujer perfecta.

ㅡPe-pero, ¿Q-qué hay si yo... No sé qué es lo que quiero?

ㅡElla no estaría aquí. Tú lo sabes. Si no quieres decirlo, es otro tema ㅡla anciana chasqueó sus dedos, y de pronto, las veces se apagaron, y Lisa comenzó a respirar con normalidad.

Jennie, impresionada, se acercó a Lisa para comprobar que estaba bien, y, al tomar sus manos, se percató de que la temperatura correcta había vuelto a su cuerpo.

Jennie volvió a observar a la anciana.

ㅡYo... Quisiera saber todo de ella... Sobre cómo es... Qué está pasando... No estoy enterada de nada, y me gustaría...

ㅡEscucha, hija ㅡla anciana se sentó a un costado de Lisa, y le sonrió a Jennieㅡ esto comenzó por una bruja, siglos atrás. Ella era una bruja buena, pero la ahorcaron acusada de herejía. Antes de morir, ella hizo que todas las personas presentes en su muerte, se convirtieran en animales. En híbridos. Les dejo la tarea de una meta y una razón. Vida eterna. Eso no es algo bonito la verdad. El punto, es que de eso se trata. Lisa nació para ti, como tú para ella. Si ella no cumple tus deseo, no le queda nada que hacer aquí ㅡella se levantó junto a su maletínㅡ Debo irme. Por favor, se consciente. Tú sabes lo que quieres, y créeme... ㅡobservó a Lisaㅡ ella también lo desea. Atrévete, hija.

Y en un chasqueó, la anciana sembró su ausencia, y dadas.

¿Ambas lo deseaban?

Conejita - Jenlisa [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora