Capítulo 12.

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No lo voy a negar, estoy nervioso, muy nervioso.

¿A qué se refería con enojarse por un frasco de café? Es solo café. Pero viniendo de Gerard, supongo que no me sorprendería.

Suspire cansado y saque mi celular del bolsillo, lo prendí y a los segundos comenzó a vibrar, llegándome 5 mensajes, los abrí al ver que eran de mi amigo Bob.

Me reí suavemente al ver que eran llamadas perdidas y un mensaje que decía "Donde mierda estas?????". Negué suavemente y marque su número, mientras me tiraba en el sofá con la taza de café ya vacía a un lado.

- Hasta que llamas... ¿Dónde mierda te metiste idiota? – me reí nuevamente al escuchar su tono de voz y pude escuchar un suspiro de frustración del otro lado.

- Perdón, perdón... - dije conteniendo la risa – estoy en lo de Gee... - susurre y pude sentir que mis mejillas se sonrosaban.

- Te acostaste con él... Por fin – dijo del otro lado mientas escuchaba sus carcajadas.

- Naaa... solo me deja quedarme en su casa por un tiempo.

- Aburrido, para eso no me hubieras llamado, con un mensaje me bastaba.

- Es que necesito que me hagas un favor.

- Frank, estoy literalmente en el edificio de enfrente, si quieres tus cosas, veni y búscalas vos.

- Pero... hola... ¿Bob? – pregunte y levante mi celular para ver que me había cortado – pero que hijo de re mil puta – dije furioso y a los segundos vibro nuevamente mi celular con un mensaje.

"y mi vieja no es una puta" decía. Me reí a carcajadas, mientras negaba con la cabeza y me levantaba del sillón, agarrando mi taza y me dirigía a la cocina.

Bob es una persona muy graciosa, espontánea y cuando lo conocí, pareciera que hubiera encontrado a mi hermano perdido.

No es que este de nuevo en New Jersey porque me haya escapado y haya decidido vivir como un hippie, seamos realistas, eso es imposible.

La verdad es que volví a estudiar licenciatura en música, y el padre de Bob es muy amigo del mío, cuando él le dijo a mi padre que su hijo iba a estudiar aquí yo le llore y suplique a Cheech que me dejara venir, claro que se negó, pero con el tiempo aprendí a manipularlo, fue solo cuestión de decirle que lo amaba y hacerle una que otra cosa.

Es enfermo, si... pero fue la única forma de conseguir venir de nuevo. Igual, hace ya dos meses que estoy acá y siempre me levantaba temprano para verlo pasar a Gerard, y ayer, curiosamente nos encontramos y decidí que ya era tiempo de reencontrarnos.

Agarre mi celular para ver la hora y justo me llego otro mensaje, y no era difícil saber de quién, ya que pocos tenían mi nuevo número, y por pocos solo son Bob y Bob, en caso de que mi padre llamara, tengo otro teléfono, pero no lo llevo conmigo, en fin, este mensaje decía "Cursamos dentro de una hora, así que apúrate".

Si, le mentí a Gerard, pero me gusta... no es que este enamorado como cuando era más chico, pero quiero saber que se siente estar con él.

O tal vez si estoy enamorado, no lo sé aun.

Negué con la cabeza, volví a ver mi celular y ya eran las 10:30 am, y era hora de ir a clase. Por suerte solo tenía 4 horas.



Narra Gerard


- Gee querido – escuche y pude sentir como si me palpitara la vena de la frente, cerré mis ojos, dejando de observar la ventana y me gire con pesadez – te extrañe tanto mi amor.

- ¿Qué quieres Ray? – pregunte molesto, mientras él venía hacia mí y me abrazaba.

- ¿No te puedo venir a declarar mi amor solamente? – me pregunto mientas pestañaba varias veces y me sonreía, lo cual hizo que un escalofrió recorriera todo mi cuerpo.

- No – dije, retrocediendo y Ray solo se rio.

- Bueno, está bien, rompe mi corazón en pedazos, no me importa, porque es tuyo y solo tuyo – y juro que me dieron ganas de golpearlo hasta que no lo reconociera cuando dijo eso, pero contuve el instinto y en su lugar solo asentí – en fin, a lo que en verdad venia...

- No me interesa – le dije cortante, mientras me giraba a ver los papeles.

- Pero se trata d...

- No me interesa – volví a decir, antes que terminara la frase.

- Frankie es lindo – dijo de repente y me gire, observándolo con los ojos abiertos – es más lindo recién levantado y con los pelos para todos lados, y ni hablar con una taza de café en manos.

- Raymond, cuantas veces te he dicho que no entres a mi casa... espera, ¿una taza de café? ¿Qué café? – le pregunte de repente, importándome una mierda todo lo anteriormente dicho, porque mi café importando es lo más importante.

- Acostándote con un ex alumno, que vergüenza Gee... me engañas con un chico trece años menos que vos – dijo, mientras negaba con el rostro, mientras que mis ojos se abrieron y pude sentir la sangre subir a mi rostro.

- No me acosté con él Ray... - dije, mientras bajaba la mirada avergonzado – no puedo hacerlo – susurre y pude sentir una mano en mi hombro.

Un Corazón Puro - FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora