~ 𝐸𝑠𝑡𝑜𝑐𝑜𝑙𝑚𝑜 ~ ʰʸᵘⁿˡⁱˣ [✔]

𝟖 |『ᴀ ʟᴀ ғᴜɢᴀ』

5, 6, 7 días y últimos

[Felix]

En mi mano izquierda se encuentra la botella de desinfectante, mientras que con mi mano derecha dejo leves toquecitos es mis cortes con el mismo líquido y la gasa. De a poco van sanando, incluso me sorprenden que lo hagan tan rápido ya que no arden como antes y Hyunjin se encarga de curarlas una por una. Oh, y hablando de él, salió a comprar comida para ambos, pero antes de irse, dejó la cuerda atada en mi cuello, ya que de esta forma puedo hacer lo que estoy haciendo exactamente ahora.

Aún no sé por qué decide dejar las cuerdas atadas en cualquier parte de mi cuerpo, si despues de todo le di mi confianza y jamás le he dado indicios de querer escapar. No lo sé, tal vez tenga algún fetiche raro y le guste tenerme atado.

Le he dicho que estoy enamorado de él, y en realidad lo estoy, porque si somos sinceros, lo estoy desde el primer momento que lo vi en aquel supermecado, en ese preciso momento donde alcé mi cabeza y me encontré con su perfecto rostro. Claro, yo no tengo la culpa de que haya resultado ser un psicópata de primera y que adore cortar partes de mi cuerpo para luego chupar la sangre que sale de estas mismas.

Y no puedo quejarme ni hacer nada, el logró hacer algo dentro de mi que me hizo dar cuenta que quiero abrir mi corazón aunque sea una última vez hacia una persona, incluso si esa persona me destruye para luego curarme.

Pero... ¿Enamorarme de un asesino serial? Si, ya no hay vuelta atrás y estoy perdidamente enamorado de él, sin mencionar que desarrollé una dependencia emocional hacia Hyunjin, pero el corazón elige lo que quiere.

Termino de colocarme las vendas en mi cuerpo y luego me dirijo hacia la mesa donde están los elementos de torturas que usaba Hyunjin, dejando el desinfectante y las gasas encima de esta. Miro fijamente un martillo que descansa a mi derecha y comienzo a pensar en qué se sentirá matar a una persona y luego actuar normal como lo hace Hyunjin, sin rencor o lastima hacia las personas que deja sin vida. Pero también me pongo a pensar en que yo jamás haría eso, ni siquiera lo que le hice a mi ex novio se acerca a eso, ya que estaba consciente de que el cuchillo no iba a afectar ningun organo y solo seria un rasguño.

Me veo en la obligación de salir de mis pensamientos cuando la puerta principal de la casa es abierta bruscamente, para luego ser cerrada de la misma manera. Mis ojos se dirigen hacia la puerta del sótano cuando unos pasos pesados se oyen caminar hacia aqui, y luego de unos segundos, logro ver la figura de Hyunjin una vez que entra mientras susurra cosas que no entiendo en absoluto.

Puedo apreciar su vista perdida y sus manos formando un puño, se nota con claridad que está enojado, y vaya que lo acerté.

—¡Ahg, juro que voy a matarlos a todos!—grita al mismo tiempo en que se agarra su cabeza desesperadamente y mira hacia todos lados—¡pero quienes se creen que son!—es en este preciso momento en que sus pasos se dirigen hacia la unica mesa del sótano y de un manotazo, tira todos sus objetos favoritos hacia el suelo, sin importarle que yo esté a solo unos centímetros.

Se aleja nuevamente y se posiciona en frente de las escaleras, sacando el cuchillo de su pantalón y apretandolo en su mano. Solo ante esto, todos mis miedos se encienden y comienzo a sentir ansiedad, tal al punto que mi corazón quiere salir de su lugar al latir tan rápido.

—¿Hy-hyunjin?—cuestiono al estar tan confundido y con el terror sumergiendo en cada parte de mi cuerpo.

Al escuchar mi voz y finalmente notar que estoy aqui, Hyunjin se gira hacia mi dirección, mirándome fijamente por unos segundos y dejándome apreciar una vez más sus ojos lleno ira, con ese mismo lado psicópata que vi la primera vez que me trajo aqui. Puedo notar que sus emociones le están nublando la vista, porque sé que lo que pasa en solo segundos, no lo quiso hacer ni tampoco lo deseó, no cuando lanzó su cuchillo a una velocidad inhumana y lo clavó en mi pectoral.