CAPÍTULO 6 CAMINO A OTRA REALIDAD

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Desperté en esa celda oscura, sintiendo mi cabeza pesada y mareada

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Desperté en esa celda oscura, sintiendo mi cabeza pesada y mareada. Era una tortura tratar de enfocar la mirada en un punto; todo estaba borroso.

Pero podía notar una sombra parada justo donde debería estar la puerta.

Esa sombra se mantenía callada, no pronunciaba ningún sonido, como si disfrutara verme en ese estado tan lamentable, o tal vez estaba equivocado y sentía pena por mí.

Sea cual fuera su motivo, no pude soportar ese incómodo silencio que volvía más pesado el ambiente.

Nox: ¿Quién... está parado ahí?

La voz de Tau resonó. Era él, pero tenía un tono de molestia al hablar.

Tau: ¿Acaso no me logras ver bien?

"Así que era él... ¿debería sentirme aliviado?"

No respondí; me costaba hablar o pronunciar palabras. Mi voz sonaba ronca, rota, al igual que el simple acto de mantener los ojos abiertos, que parecían estar siendo expuestos al sol aunque en ese lugar no llegaba ni una gota de luz.

Tau: ¡Mírame cuando te hablo!

Elevó la voz, volviéndose irreconocible, ya que durante todos los años que habíamos sido amigos, él nunca había elevado su tono de voz hasta ese punto, siendo algo nuevo para mí.

"¿Es a él a quien solía llamar amigo?, ¿hermano?"

Tau, al ver que hacía caso omiso a su orden, se acercó a pasos apresurados hacia mí, sujetando mi cuello que hace poco se mantenía colgado en el aire, para ahora forzarme a mirarlo, pero su agarre duró poco, dejando caer mi cabeza pesada de nuevo.

Tau: Tienes fiebre alta...

Su voz nuevamente cambió a una más suave y delicada, una que me resultaba familiar.

"Si, esa es la voz con la que siempre se dirigió a mí... esa es la voz de mi Tau."

Se sentía bien escuchar algo de preocupación en su tono, aunque eso no quitaba el hecho de que ya había descubierto la otra cara que nunca me había mostrado.

"Qué tan lamentable debo ser para alegrarme por el hecho de que él se preocupe por mí."

Me tenía una gran lástima, ya que había llegado al punto de aceptar sus pequeñas migajas de amor como algo valioso y preciado en este profundo abismo en el que poco a poco descendía.

"... sí, se preocupa por mí y eso... me basta."

Tau, al percatarse del estado en el que me encontraba, soltó un grito llamando así con su potente voz a algunos guardias, dando órdenes directas y frías.

Tau: ¡Guardias, quítenle las cadenas!

Los guardias me rodearon, pero aún dudaban de si seguir las órdenes de Tau o no. Después de todo, él solo era el heredero de la familia Altair y no la cabeza principal de su propio linaje.

Sublevación del Mal - Abismo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora