CAPÍTULO 24 EL PRECIO DE SER NOBLE

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Lo que no te arrepientes en ese momento, te arrepientes el resto de tu vida

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Lo que no te arrepientes en ese momento, te arrepientes el resto de tu vida. Esas palabras se grabaron en mi corazón.

Desde que me había convertido en el hijo del 2do Defensor, mi inseguridad comenzó a crecer. Me sentía inútil e incapaz de seguir adelante sin Nox, sin él.

Nox había sido mi apoyo desde pequeño, y ahora su ausencia se hacía cada vez más notoria en mi vida. 

El arrepentimiento no tardó en aparecer. Primero, me arrepentí de mis decisiones: de lo que hice y lo que no hice, de lo que dije y lo que no debí decir, de lo que pensé y lo que ignoré. 

Era como un balde de agua fría que me despertaba a la realidad.

Ya no tenía su presencia, su sonrisa, su calor, su voz, y aun así, escuchaba a Nox gritar desde los calabozos. Muchas veces acudí en su ayuda, pero al abrir la celda, él ya no estaba y no estaría.

Con el tiempo, cada vez que oía sus gritos, me repetía que aunque lo escuchara, él no volvería a mi lado.

Pasaron los meses y comencé a conocer cómo era la vida de un noble: vacía, sin amor, llena de lujos. Vestía los atuendos más caros y lucía los adornos y joyas más brillantes.

"Odio ser noble."

No había valorado mi vida en el orfanato, donde me sentía más en casa que en aquel castillo. 

A menudo, cuando dormía, soñaba con ese hermoso lugar: un refugio de libertad, humanidad y amor.

Con el pasar de las semanas, tuve que habituarme y aceptar que, aunque deseara lo contrario, ya había perdido todo

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Con el pasar de las semanas, tuve que habituarme y aceptar que, aunque deseara lo contrario, ya había perdido todo.

Solo me quedaba seguir adelante por el camino que había elegido.

Comencé a tomar clases de etiqueta y baile, pero ser un noble no era lo mío. Siempre cometía errores al bailar o no recordaba ciertas normas.

Mi maestro, cansado de repetirme el mismo error, informaba al señor Kalil, quien, al creer que no estaba dando lo mejor de mí, me castigaba por ser un incapaz.

Sublevación del Mal - Abismo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora