CAPÍTULO 3 AMOR DE MADRE

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Aún tengo memorias de esa celda oscura donde los rayos del sol no entraban, haciendo difícil predecir qué día u hora era.

Pero gracias a los guardias que me liberaban de vez en cuando para comer, beber algo y hacer mis necesidades, me permitía saber cuánto tiempo había transcurrido.

La nostalgia cada vez era peor y dormir era un consuelo, permitiéndome mantener la esperanza de que algún día regresaría a casa.

Pero no todos los sueños pueden ser bellos, y fue así como viví la primera pesadilla en ese calabozo.

Pero no todos los sueños pueden ser bellos, y fue así como viví la primera pesadilla en ese calabozo

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Me encontraba entre los campos de margaritas, sentado con mis libros de aventuras, dejando que sus páginas me llevaran a lugares lejanos y emocionantes, como solía hacer cuando vivía en el orfanato

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Me encontraba entre los campos de margaritas, sentado con mis libros de aventuras, dejando que sus páginas me llevaran a lugares lejanos y emocionantes, como solía hacer cuando vivía en el orfanato.

En medio de ese ensueño, parecía acercarse la figura tranquila y reconfortante de la profesora Adara, la mujer que había sido como una madre para mí, o al menos lo más cercano que había conocido a una madre.

Prof Adara: Nox, como siempre leyendo.

Es bueno leer, pero siempre tenemos que llamarte para la hora del almuerzo.

Es bueno leer, pero siempre tenemos que llamarte para la hora del almuerzo

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Nox: Perdone, profesora Adara.

Se me pasó el tiempo.

Prometo que no volverá a pasar.

Sublevación del Mal - Abismo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora