El hallazgo de un cuerpo sin vida desata el terror en Seúl a mitad del día del niño. La nota incrustada en su pecho revela al único culpable del horrible acto: el amor.
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El amor ha sido trascendental para el ser humano desde el inicio de la vida. Este sentimiento ha sido el encargado de darle sentido a nuestra existencia, pero también se ha convertido en el responsable de nuestra clasificación.
¿Por qué?
En el centro del pecho, muy cerca del área del corazón, se encuentra nuestra esencia. Desde nuestro nacimiento, dentro de mí y dentro de cada individuo, esta parte recibe una forma concreta.
Aunque es similar a una piedra preciosa, tanto el color, el tamaño y la textura es diferente para cada persona. Es una gema casi única que se encarga de determinar nuestro verdadero tipo. Uno que está limitado a nuestra capacidad de experimentar el amor.
Antes de entrar a los problemas, ¿qué es lo que nos une?
El Jeong (정) es conocido como la profunda conexión que existe entre los seres humanos. Este fenómeno permite compartir o recibir una porción de nuestras esencias a fin de forjar relaciones personales que durarán toda la vida.
El Jeong es considerado un vínculo inseparable e irrompible.
Así que... ¿crees en la combinación ideal?
Los gibu (기부), al poseer una gema más grande de lo normal, son los encargados de dar piezas de ella a los demás. Los bada (받다), cuya piedra preciosa es más pequeña que la mayoría, pueden recibirlas.
Ambos se complementan, comprenden y comprometen.
Pero no todo podía ser perfecto, ¿cierto?
Unos pocos, los gado (과도), deciden regalar todo de ellos hasta quedarse vacíos. Los pada (빻다), en cambio, son capaces de absorber lentamente la esencia de otro ser humano, destruyéndola o robándola.
¿Algún salvador?
Existen los dadun (닫은), quienes nacen cerrados, es decir, sin dar o recibir. La habilidad que se les ha sido otorgada es la posibilidad de ver la esencia de los demás, esto con el objetivo de buscar las piezas que se han alejado de su dueño original cuando su gema sufre una fractura.
Entonces, ¿qué hay de malo en todo esto?
El problema es que, la única que termina pagando por las acciones de otros, soy yo. Un ser humano obligado a sacrificarse para que los demás puedan vivir en tranquilidad.
Un dadun al que nunca podrán amar.
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Aclaraciones
1) La historia es narrada desde la perspectiva de la rayis o TN, quien es la protagonista. Siéntanse en la libertad de darle el nombre que prefieran o utilizar el propio; sin embargo, y con el objetivo de identificarla, el apellido que le he puesto es Yang.
2) No soy experta en coreano, por lo que algunos significados podrían variar. Así pues, la palabra Jeong (정) es la misma que el apellido de Jaehyun, solo que, para evitar confusiones en el futuro, decidí escribirla diferente (cabe señalar que la definición la obtuve de Han-A Madrid).
3) Desconozco si este tipo de temática ha sido utilizada por otros autores, pero intenté hacer algo similar a lo que he escrito antes (clasificaciones y asesinatos). Así que prometo esforzarme para que sea entretenida.
4) La historia había sido publicada hace más de un año, pero tuve que bajarla debido a que no me sentía cómoda con el desarrollo. Sin embargo, ¡finalmente volvió para ser terminada wuu!
