Cuando nos conocimos.

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POV. Aether

La brisa de aquel lugar, sin duda era caliente. Sentía como el sol radiaba intensamente sobre mi cabello. Podía sentir el sudor pasar por mi cuerpo en ese momento, lo cual me incomodaba un poco por el bochorno de aquel lugar.

Recientemente había llegado a Liyue. Era un sitio bullicioso, bastante poblado. A diferencia de donde había estado, sin duda era un sitio innovador.

Después de haber estado un largo rato en Mondstadt, mi estancia en Liyue me tomó por sorpresa. El clima, el ambiente, la comida, sin duda algo a lo que me tenía que acostumbrar. Después de todo, lo único que buscaba era encontrar algún rastro de aquella persona que tanto anhelaba volver a ver.

La gente de aquel lugar era bastante culta y amable. Casi todos eran devotos de aquel dios que se encontraba fallecido: Rex Lapis. Había llegado justo a tiempo para conmemorar el "Rito del descenso", ceremonia conmemorativa que se le hacía a esta misma deidad. Consistía que una vez al año, Rex lapis descendía para instruir cómo administrar Liyue para los años consiguientes. Para Liyue la noticia del fallecimiento de aquella deidad se sentía devastadora.

No tomó mucho tiempo para que yo me encontrase trabajando en esta región. Después de todo, sentía que debía ayudar a los habitantes de aquel lugar para recibir su ayuda de vuelta.

Las cosas no estaban saliendo del todo bien. Después del inoportuno suceso ocurrido en la ceremonia, Las siete estrellas habían mandado al ejército de "Las Mil Rocas" a buscar al posible responsable del asesinato de aquella deidad.

Los guardias me tenían vigilado. Todo este revuelo comenzó ya que al parecer mi presencia en aquella ceremonia se veía lo suficientemente sospechosa. Los guardias al notar esto, comenzaron a perseguirme sin control alguno hasta encontrarme con Childe, quien después de sacarme de aquel percance, me aconsejó visitar aquellos seres conocidos como "Adeptus".

El propósito de esto era el pedir justicia por Rex Lapis. Después de todo, era imposible que esto sucediera tan repentinamente, y más pensar que había sido provocado por un simple asistente a la ceremonia.

Sin embargo, esto era un trabajo difícil.

Había informado mi preocupación al Adeptus ¨Escultor de la luna¨, quien sin mucho que decir, me mencionó que llevase el sello de permiso junto con su mensaje a Moldeador De Las Montañas y Preservadora de las nubes.

También mencionó el visitar al Gran Cazador de Demonios; el guardián Yaksha, quien se encontraba supuestamente en la Posada Wangshu.

Todo había salido como esperaba, había sido un arduo trabajo, pero el atardecer del momento me recordaba que aún tenía una última parada: La posada Wangshu.

Aquella tarde me sentía bastante fastidiado. El olor de la comida se había impregnado en mí después de estar arduas horas en la cocina preparando aperitivos del gusto de aquellos superiores.

Me alisté y comencé a caminar por el Pantano Dihua. A simple vista, podía ver aquella posada de la que me habían hablado. Era bastante grande, y se veía bastante habitada.

Al pisar aquel lugar, noté que era un ambiente muy calmado. A pesar de haber mucha gente, tenía un olor familiar y un ambiente bastante hogareño. Los pájaros cantaban en ese lugar, las luciérnagas relucían y los grillos apenas se hacían ver.

Lo primero que hice fue ver aquellos puestos de comida cercanos. Para mi suerte, disponía de un restaurante. Parecía un lugar perfecto para habitar el resto de mi estancia en aquella región. Sin embargo, no pensaba quedarme en Liyue mucho tiempo. Después de todo, mi presencia ya se había hecho un tanto problemática.

𝐎𝐧𝐜𝐞 𝐦𝐨𝐫𝐞 𝐭𝐨 𝐬𝐞𝐞 𝐲𝐨𝐮; | Xiao x AetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora