Capitulo 7: Eres mi Favorita

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Los rayos del sol se filtraron por la ventana del dormitorio, Len abrió los ojos mirando a su princesa dormida plácidamente sobre su pecho

El demonio sonrió y le apartó los cabellos que cubrían su precioso rostro. Ella se despertó y lo miró confundida

—Buenos días princesa

_______ recordó lo que había pasado la noche anterior, y se tocó los labios. ¿Un chico la había besado? ¡Y que beso! A ella le encantó. Sintió mil emociones positivas

—¿te has hecho daño en el labio? Si te lo sigues tocando te dolerá

¡Incluso se preocupaba por ella! ¿como podía odiarlo ahora? La princesa no estaba asustada, ya no. Incluso comenzaba a agradarle

—No me duele, solo es que... —le tocó la mejilla curiosa, se la estiró y después le dio un golpe sorpresa

—¡Au! ¡Oye! —ella se echó a reír

—Mis hermanas siempre caen en ese truco. Yo lo llamo "la bofetada matutina" —Len se colocó arriba de ella

—Te voy a dar yo a ti bofetada —comenzó a hacerla cosquillas como cuando su hermana era pequeña

_______ no pudo evitar reír, luego escapó de sus brazos y se colocó frente a él riéndose mientras le hacía burla

—No puedes atraparme ¡soy invisible!

Los dos comenzaron a correr como niños por toda la habitación. El chico atrapó su cintura y le dió un beso en los labios

Ella se quedó en shock pero se tranquilizó al sentir sensaciones increíbles y positivas. Abrió más la boca dejando espacio para que él pudiera explorar más con su lengua y luego se separaron. Ella lo miró con burla

—Mi padre te va a matar, ¡A que se lo digo! Cuando me escape del castillo lo primero que le voy a decir es que me has besado

Len la miró con ojos de niño malo

—¿Ah sí? Pues tendré que atarte a la cama y no dejarte ir —ella sonrió

—Me soltaré, ¡Ya lo verás!

Su sesión de juegos fue interrumpida por dos criados que llamaron a las puertas de los aposentos

—Su Majestad le traemos el desayuno. A usted y a su concubina como ayer ordenó

Los sirvientes trajeron un carrito lleno de platos exquisitos y dulces. El Rey y la princesa se sentaron juntos entre cojines y almohadas p mientras reían y jugaban

—Mira, vamos ha hacer algo —le colocó una venda sobre los ojos —te daré varias cosas a probar y tú me tienes que decir que es

Ella levantó un poco la tela

—Ah ah, no vale mirar

—Vaaaale, a ver —abrió la boca y comió una cosa muy dulce y sabrosa— ¡mm! Que rico eso es un fruto rojo, ¡Fresa!

—Correcto, ¿Y esto? —ella los saboreó concentrada

—Parece un pequeño tentempié. Tiene pan, queso, aceituna..., ¡Yo también los comía en casa! Mamá siempre los hacía en la cocina a escondidas

Ella se quitó la venda de los ojos

—Ahora tú —Len se la colocó pero la niña le tapo la nariz

—Eres un Demonio no vale respirar —el rey se echó a reír encantado con su princesa

—Oye oye, pero esto es racismo ¿eh? —ella bromeaba feliz

—Que no vale, si lo hueles lo vas a saber

✅La Princesa y el Rey Demonio: Len Kagamine y tú [Disponible en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora