✅La Princesa y el Rey Demonio: Len Kagamine y tú [Disponible en Inkitt]

Capítulo 26: Atada a mi egoísmo

_______ se ataba el lazo del precioso vestido , ya lista abrió la puerta. Len cogió su muñeca cortando su paso

—¡eh! ¿Adonde vas?

El Rey le colocó la corona en la cabeza

—Ahora si —acaricio sus cabellos—porfavor no la pierdas ¿Si? Si vas a salir corriendo, asegúrate de colocarla en algún soporte o algo

Ella lo abrazó feliz, cualquier concubina podría a ver sido castigada por acercarse al Rey con esas confianzas, pero ella no

Len adoraba a esa niña, su actitud, su carisma e inocencia. Le atraía ese cuerpo y su personalidad. ¿Cómo odiar a una criatura así? No podía, él la quería

_______ se despidió soltando su mano como su fuera la última vez que la vería. De repente sintió un vacío en el corazón, ya la echaba de menos

—Cuidate mi niña, hasta la noche —y cerró la puerta de su habitación con una sonrisa cerrada

... ... ...

Ella entró en el harén, al instante todas las mujeres la miraron y se acercaron para oír los detalles de su fantástica noche

—¡_______! —Miku la abrazó como de costumbre

—Que, cuenta, cuenta ¿Que tal? —una preciosa figura dominante se abrió paso entre las demás

Analisa sonrió con superioridad

—Su Majestad es un hombre joven —hizo una mueca cínica— apuesto, y apasionado. Supongo que la habrá echo tocar el cielo ¿No?

La princesa la miró sin comprender, la otra se alisó los cabellos

—...Ah!, perdona. Eres una cría, Su Majestad no quiere niñas en su cama, una lastima

Miku la empujó

—¡Apártate! No te atrevas a intimidarla, ¿Quién te crees? ¿Ah?

_______ se levantó y camino hasta quedar cara a cara con la arrogante mujer

—Len me quiere a mí, es mi amigo y me cuida. A Papá y mamá los tengo en mi corazón, y aún día volveré a casa

—No se puede salir de aquí niña —la chiquilla la miró con burla

—Pues yo si —Analisa furiosa la dió una bofetada

—No te atrevas... ¡A contradecirme!, Soy una de las Favoritas de Su Majestad, ¡No hagas que me enfade!

_______ se llevó la mano a su mejilla mientras sus largos cabellos rubios le tapaban el rostro

—¡No puedes golpearla! Ella es una princesa

—Ya no —Interrumpió Dayana —Es una criada igual que nosotras. Conoce tu lugar niña, no eres la única para Su Majestad