capítulo 2

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-— No pienso darte ninguno de los refrescos, a parte no sé quién carajos eres, vete por favor —- ese diálogo daba vueltas por su cabeza, si tan solo hubiera dicho eso y no haberse quedado callado, si tan solo lo hubiera corrido no estaría ahí, sentado a lado del desconocido, que en este preciso momento se tomaba su refresco de manzana.

-— ¿Qué no hablas? —- le preguntó curioso el chico con ojos de cachorro.

-— No con extraños. —- dijo lo más serio posible, ni sabía porque no lo había corrido del lugar, le pertenecía por derecho de antigüedad.

—- Eso es bueno, mi mamá decía que no hablara con extraños y menos por internet. —- comentó como si nada, viendo lo bonita que era la ciudad desde las alturas —- Mi hermana decía que si lo hacía vendrían a raptarme y le darían mis ojos a los perros, mamá siempre le pegaba por decirme eso, porque yo siempre salía llorando. —- Jeongin abrió los ojos con exageración por ese tan... Peculiar ejemplo.

-— Que turbio los ejemplos de tu hermana. —- no pudo evitar comentarle, Seungmin solo alzó los hombros, dándole igual la situación.

-— Tenía 11, era comprensible que pelearamos —- más de lo que le gustaba contar, y admitir, Seungmin no tuvo una buena relación con su hermana cuando eran niños.

-— Chico, yo soy un extraño.-— le dijo Jeongin obvio, ¿Qué no le hará caso a su mamá? Pensó.

-— Eso lo sé, no has dicho tu nombre. -— preguntó dándole esa tan característica sonrisa, al parecer no la borraba de su rostro nunca, tenía brackets, de color azul las ligas y era en lo único que realmente se fijaba, tanto que hasta creyó que había creado un hiperfoco.

-— ¿No le haces caso a tu mamá? —- Seungmin se giró a verlo con el ceño fruncido, ¿Su mamá? ¿Qué tenía que ver en la conversación?

-— ¿En qué? —- Jeongin giró los ojos, era más que obvio lo que le estaba hablando, aún así Seungmin no dió pauta de entender lo que fuera que le hablaba el chico pelinegro.

-— En no hablar con extraños...— divagó para que se acordará de que hablaban, y entonces Seungmin lo entendió, soltó un sonidito para asegurar que entendía de lo que hablaba Jeongin.

-— ¿Me sacarás los ojos y se los darás al perro? -— preguntó cómo si fuera la pregunta más normal que se hacen dos extraños, Jeongin frunció las cejas y desencajó la cara, hizo una mueca ciertamente graciosa.

-— ¡NO!, wtf amigo, eso suena raro. —- le regañó nervioso, Seungmin solo lo miró con esos ojitos tiernos que portaba, al momento de que Jeongin confirmará que no le quitaría los ojos, sonrió más fuerte, podría ser buenos amigos -— Obvio no.

-— Entonces no te tengo miedo. —- confirmó moviendo la cabeza de atrás hacia delante en una confirmación, le dió otro trago a su refresco soltando un "ahh" como si fuera muy relajante que las burbujas bajarán por su garganta.

—- Ni se porque estamos hablando...-— Seungmin era muy extraño y Jeongin un poco asocial, claramente ambos necesitaban de uno a otro para seguir adelante, tal vez no era cosa de otro mundo y solo las simples coincidencias de la vida.

-— ¿Por qué no tienes con quien más hacerlo? —- dijo obvio, con las piernas colgando del sillón, Seungmin sonreía demasiado, con esa sonrisa y brackets.

-— Sí tengo con quien hablar.-— gruñó Jeongin molesto por la suposición de su inexistente vida social. Está bien, si tenía amigos, solo dos, pero tenía y eso era más que suficiente, aunque ahora... Se sentía tan solo.

— Está bien, está bien entiendo, no te enojes.-— le respondió el chico y volvió a tomar de sus refrescos, estaba obvio que no le creía y eso a Jeongin no le gustó, ¿Quién se creía para dudar de él?, Eso no se lo iba a permitir, así con los brazos entrelazados, le dijo:

-— Mira Seokmin — comenzó con su voz más amenazante, pero Seungmin con toda seguridad le interrumpió.

— Es Seungmin.—- le corrigió, sí había algo que odiaba, es que no se supieran bien su nombre, tantos recuerdos malos le traía eso.

-— Bueno, Seungmin, Seokmin o como sea que te llames, no me importa. Este lugar yo lo conocí primero.-— justificó su comportamiento, estaba enojado, Jeongin no sabía compartir mucho, si somos realmente sinceros.

—- Sí, lo adornaste bonito.-— los ojos de cachorrito del menor le hicieron sentir... Raro.

—- ¿Deveras?- soltó con mayor ilusión que antes-— Yo creí que una pared amarilla pálida quedaba me... ¡Hey no!, no me cambies el tema. Yo conocí el lugar, yo lo amueble, estas son MIS palomitas-— le quitó el bowl de las manos, Seungmin, con una palomilla molesta entre los fierros de los brackets, le dijo sin pena:

-— Sin sal. —- y es que de verdad eran las palomitas más horribles que había probado, ¿Cómo era posible que no tuvieran sal? ¿Qué clase de psicópata no le ponía sal a las palomitas?

-— Sí, la odio con sal.-— dijo Jeongin dándole un punto de confianza, el segundo se retracto- ¡ JODER! ¡lo volviste a hacer!, me interrumpiste y como tonto caí.

—- Lo siento, habló mucho.-— Seungmin alzó los brazos para darle más ligereza a su discurso... Tanto tiempo había pasado desde que no había hablado tanto. Se llevó el refresco a la boca de nuevo.

-— ¡Y ese refresco que llevas a tu boca era mío! —- Jeongin estaba cansado del cinismo de Seungmin, ¿Cómo es que podía ser tan cínico y desvergonzado?

—- Me gusta más los refrescos de cereza, la verdad.—- se volvió a quejar de lo sabores, no le gustaba para nada los de manzana, aunque ahora que lo veía... No sabían tan mal.

—- ¡Entonces no lo tomes!—- casi gritó. Es que no soportaba la voz de Seungmin, hablando y quejándose de sus gustos.

—- ¡Tengo sed! —- sintió que había pasado una eternidad sin tomar nada.

-— ¡Es mío el refresco!- volvió a medio gritar Jeongin, Seungmin solo le estiró el brazo con el refresco en las manos y aún sin limpiar la boquilla de la botella, le dijo:

-— ¿Lo quieres con babas? —- Jeongin echaba lava por las orejas, ¿Recuerdan a furia de intensamente? Bueno, pues algo así lucía el pequeño Innie.

-— ¡Ay no! qué asco.—- transformó la mueca en una de desagrado, el simple hecho de saber que la boca de este desconocido estuvo ahí, le daba cosita.

—- ¿Lo ves? No te conviene pedírmelo.-— volvió a sonreír victorioso, se llevó el refresco a la boca y se lo termino de un último trago.

-— Pero te lo reprocharé, extraño.—- extraño, un nuevo apodo, bien, esta vez no era el "raro" o como cualquier otro apodo despectivo que le dijeran por ahí.

-— Me llamo Seungmin.—- por algún extraño motivo, el que le dijera extraño no le ofendía, aunque siempre iba a preferir que dijeran su nombre.

-— JODER ERES UN GRANO EN EL CULO.-— gritó Innie y se levantó del sillón, y sin importarle que fuera su espacio, camino con el bowl en las manos, directito a su casa.

-— Que feo léxico tienes, dices muchas groserías.-— el susurro de Seungmin lo hizo parar en seco, se. había. Metido. Con. Su. Léxico.

— ¡Ay! ¿ Al pobre bebé no le gustan las palabras altisonantes?-— dijo haciendo un puchero falso, que al parecer Seungmin creyó todo lo contrario porque le sonrió y asintió, Jeongin cambió el semblante a uno más duro-— Pues me vale, este no es tu lugar, sino mío.

-— Eres un pesado.—- Seungmin ahora puso sus brazos cruzados sobre su pecho, estaba a nada de estallar también ¿Qué no podía ser un poco amable? Realmente nada le costaba, nada.

-— ¿ Sabes qué? ¡ME MARCHÓ!, haz arruinado mi noche.—- Jeongin salió hecho furia de ahí.

-— Fue un placer.-— Seungmin tuvo una sonrisa en los labios todo el día.

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Por fin actualicé este libro, Yupiiiii.

Esta es una historia corta, con capítulos cortos, así que bueno, si van a leerla adelante, sean bienvenidxs a un amor en la azotea.

Les tqm, nos vemos después. 💚😋

Rooftop Love  (Seungin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora