capítulo 4

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Realmente Jeongin no era una persona mala, y recuerda que ciertamente valoraba todo, solía valorar cualquier cosa por mínima que fuera. Pero el Jeongin de ahora, el Jeongin que estaba sentado en el filo del techo, el chico que estaba ahí simplemente existiendo, no era en nada lo que fue antes.

Había perdido el valor a cada cosa que antes valoraba, y ahora solo se encontraba refugiado en la música y sus audífonos, estaba siguiendo adelante con la excusa de "es un día más", eso de memorizar el "es otro día" es horrible, porque sientes un hueco profundo en el pecho que no puedes llenar, y ves los días irse y pasar ante tus ojos, uno tras otro, todos iguales.

Y no es que pudiera hacer mucho, había tiempo de pandemia, no salía ni por comida y se estaba alejando de sus amigos. Mejor dicho, sus amigos se estaban alejando de él, sus amigos lo estaban dejando de lado, o eso sintió él en ese entonces.

La verdad, esa que Jeongin no contemplaba, era que realmente tenía 12 mensajes de Jisung, y 57 de Félix sin abrir, que a las seis videollamada de Skype que sus amigos habían hecho, él no contestaba y que no jugaba ningún juego desde hace más de dos semanas, no importaba todas las invitaciones, él no las aceptaba. Y dirían, "que malo es Jeongin" pero... ¿Realmente lo era?, ¿Lo era? Lo era cuando para él era casi un sacrificio salir de la cama, cuando no veía al sol de la misma forma y veía sus planes desvanecerse, ¿Lo era? ¿Era el malo? O solo un adolescente que la vida se le vino abajo en un santiamén, sí, todos dirán que él se quejaba demasiado, que había cosas peores, peores circunstancias, peores vidas, y sí, claro que las había. Pero si él no se contemplaba de esos pequeños errores de vida, ¿Quién lo haría? Cuando todos minimizan los problemas de adolescencia y los conflictos de vida que hay en esa etapa de la vida.

La ciudad se veía enorme, con menos tráfico y poca gente transitando, todos con mascarillas y alejados unos de otros, vió desde las alturas que su tienda favorita de comida cerró, que el cine que estaba a una cuadra de su casa quebró y ahora se rentaba el local, vió como todo el mundo pedía entregas a domicilio y también como poco a poco la vida cambiaba. No había chicos de escuela con uniformes y pasando el rato en el cine, no había niños pequeños fuera de casa porque en ningún lado los dejaban entrar, no había parejas besándose con espontaneidad y tampoco extranjeros por las calles.

Lo que fue de la ciudad en febrero, ya no lo era más ahora.

—Mierda, Jeongin, no te avientes, por favor, por favor, hay mucho por lo que vivir, hay mucho por lo cual despertar, no te avientes, por favor, por favor, no lo hagas ¿Si? Prometo ya no regresar si así lo deseas, prometo alejarme si lo quieres, pero no lo hagas, no saltes, por favor — suplico Seungmin que en algún momento había llegado a la azotea, entró feliz por la puerta y entonces se encontró con que, en efecto, Jeongin estaba sentado en el borde de la barda y que miraba hacia abajo, corrió rápidamente a él y como vómito verbal, soltó todo eso que quería decir. Sin embargo, Jeongin solo volteó a mirarlo con un ceño fruncido y con cara de wtf, Bro. Mientras Seungmin ya estaba casi de rodillas suplicando que no hiciera una locura.

— no voy a aventarme, Seungmin, esa no sería una muerte aesthetic.— Seungmin frunció el ceño y con una mueca extraña, vió como Jeongin se bajaba de la barda de poco en poco.

— ¿Qué rayos hacías ahí arriba? Me asustaste demasiado, no sabes cuánto Jeongin, mira, mi corazón está horriblemente exaltado, siente— no importó que a Jeongin no le gustará el contacto, Seungmin tomó la mano de Jeongin y la colocó en su pecho por encima de su sudadera gris, una que usaba muy a menudo, Jeongin juraba que los tres días que lo había visto, los tres días la llevaba puesta. El corazón de Seungmin se sentía levemente, pero en efecto, latía desesperado.

— joder, que dramático, niño— Seungmin giró los ojos y lo miró mal, llevaban llevándose bien cinco días, habían visto películas, entre ellas expiación deseo y pecado, una en donde Seungmin lloró como nunca, si, demasiado drama para Jeongin y aún así lo tolero. No hablaban mucho, realmente sus cinco días de buena relación eran el saludarse, luego compartir snacks y por último ver películas en el celular de Jeongin, una o dos películas, y luego Seungmin regresaba a su casa, era casi rutina ya. Pero ese día por raro que fuera, iba a ser distinto a la rutina.— por cierto, tu cuerpo está en supervivencia.

Rooftop Love  (Seungin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora