capítulo 3

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Era nuevo día, y Jeongin estaba seguro que sería exactamente igual a los demás, un largo, tortuoso y feo día. Y es que todos eran monótonos, aburridos, sin chiste. Ahora no puso Fine line, ahora sacó un viejo cassette de su mamá de la banda Joy Division y es que sus gustos eran variados, versátiles, no le gustaba estancarse en uno solo, le gustaba tener variedad y su mamá tenía buenos gustos, así que mezclados con los de él daban la combinación perfecta.

El Jeongin de catorce años estaría revolcándose en ese momento y es que era tan puritano del rock clásico porque según él, "esa era verdadera música", incluso decía la palabra "posser" a diestra y siniestra, aunque ni se supiera el significado;  quién diría que un Jeongin de dieciocho estaría locamente enamorado de todos los one direction y ni hablar de EXO, amaba esas bandas, amaba también a Måneskin y a Yungblud, le gustaba tanto la música que podía pasar días escuchando música sin dar un descanso.

Aunque hoy quiso escuchar un poco de música que escuchaba antes, todos los días en su ida en autobús a la escuela , y Joy Division la mejor opción. Y esta vez con el aparato viejo de su madre, salió de su casa nuevamente a su lugar de siempre, llevaba el walkman en la bolsa trasera de su pantalón y los audífonos de cable en los oídos, aunque luciría más como un rockstar si no fuero que llevaba una remera de BTS que su mamá le regaló pensando que era EXO, Llevaba las manos llenas de gomitas ácidas y una botella de agua, porque era suficiente dulce con las gomitas como para llevar refresco.

Jeongin Se imaginaba como un chico de los ochenta con rumbo a las mejores aventuras de la vida, como esas películas en donde sale el protagonista con "everybody wants to rule The world" de fondo y se aventuraba a estar en bici por todo el pueblo, salir con una chica o pelear con demogorgones, ya saben, cosas que siempre habían los chicos de los ochentas (si, Jeongin era bastante apegado a stranger things) . Su imaginación voló, la camisa a rayas le daba el toque a su vida en los ochenta, aunque bueno, el estampado demostraba que él era un gran kpoper, dosmilero, deprimido y sin motivación.

Abrió la puerta de una patada, tal vez y se sintió Indiana Jones en búsqueda en un flamante tesoro del pirata, y se dió una vuelta al compás de "dance to The radio" de joy Division, movió las caderas y jalo la puerta a su paso para cerrarla.

Y entonces ahí lo vió.

Seungmin, el molesto de Seungmin estaba ahí, en el mismo lugar, con la misma cara, y la estúpida sonrisa que le hacía lucir un rostro más bello, joven y entusiasta, lo odiaba por ser tan entusiasta en esa vida tan de mierda. Le puso mala cara y se acercó a su sillón, esta vez no huiría de la situación y la enfrentaría, daría todo de él para quedarse con ese sitio que le pertenecía, no importaba que debiera correr a Seungmin a patadas bien dadas en el trasero.

— Hola, persona que no me sacará los ojos— Seungmin se levantó de su asiento y le saludó con la palma de la mano en una sacudida bastante tierna.

— Me llamo jeongin.— murmuró de mala forma, no quería realmente ser tan grosero, pero algo le hacía ser de esa forma, más que grosería, era un mecanismo de defensa para decirle a su exterior que le tenía miedo a todo ese cambio nada esporádico, que se hacía con el pasar de los días.

— Wow, me has dicho tu nombre— Seungmin dramatizó y Jeongin solo giró los ojos con molestia. No le gustaba que se burlaran de él.

— ¿Qué haces aquí?— ahí nuevamente el interés, puso su botella en la mesilla de té y le bajó el volumen a su música, con la intención de escuchar lo que sea que el chico quisiera decirle.

—Yo…— Seungmin desvío la mirada de Jeongin a sus manos sudorosas y con nerviosismo respondió al instante — solo quiero ser tu amigo, Jeongin.

— Ya tengo amigos, gracias por la oferta — declinó el pelinegro.

— ¡Oh vamooos!, no seas tan cruel, me cuesta trabajo socializar— dijo haciendo un lindo puchero— Es más, hasta traje palomitas sin sal, como te gustan y una libreta en donde tengo mis anotaciones de las mejores películas por ver.

— ¿ Quieres ser mi amigo realmente?— preguntó Jeongin al ver el nerviosismo del chico con ojos de cachorro.

—Nunca he tenido amigos de mentiras, no sé bien cómo funciona eso, así que sí, sí quiero que seamos amigo, de verdad, de esos amigos cool, ya sabes, como en los mangas y eso.— Jeongin lo miró con interrogación en los ojos, como todo un ser desconfiado y es que lo era, era desconfiado y bruto.

— ¿Qué ganó con eso?— como si una amistad fue solo convenciera.

— Mi presencia, mis buenos chistes y mi buen gusto por el cine.— puntualizó Seungmin, y contó con sus dedos cada cosa que decía. — Además, aquí traje palomitas.

—No me convences tan fácil, niño— dijo el pelinegro con los ojos como rendija.

—son sin sal, especialmente para ti — le animó Seungmin y algo dentro de Jeongin le indicó que realmente sí debía aceptarlo como amigo, nada perdía haciéndolo.

—Bien— Seungmin se quedó perplejo cuando él aceptó esa amistosa propuesta, la cosa ya estaba escrita y ese primer paso era todo lo que se podía esperar de la vida, conexiones que solo recibes una vez en tu vida.

— Genial, ven, siéntate aquí— palmó el sillón, el lado izquierdo.

— Gracias por invitarme a sentarme en mi sillón, nadie se había preocupado tanto por mi—dijo con sátira y Seung solo le sonrió como siempre lo hacía.

Y es que aunque no se creyera, Seungmin no tenía nada de malicia por dentro, era una persona pues, real, transparente. A pesar de que no sabía socializar bien, siempre tenía una sonrisa en el rostro por más que la gente quisiera borrarsela.

— ¿Cuántos años tienes, Jeongin?— no podía evitar ser un ser tan curioso, amaba preguntar, su personalidad era de esa forma, tan espontánea.

— Tengo 18— oh los horribleeees 18, Seungmin los cumpliría el septiembre que venía, así que abrió los ojos con mucho asombro. Jeongin aún incómodo lo miró mal por esa expresión.

— Eres mayor que yo, ¿Debo tratarte más formal?— Jeongin negó repentinamente.

— Te has robado mis palomitas y refresco y así quieres preguntar si me tratas con respeto, descarado — puntualizó Jeongin.

— Si, bueno, no sabía que eras un anciano — se burló Seungmin.

— ¿Cuántos años tienes, niño de pañales?— el mencionado le dió otra brillante sonrisa.

—tengo 17— Jeongin solo alcanzó a reírse mucho.

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Holaaa

VOLVIO AMOR EN LA AZOTEA AHHHHHHHHHHHHH

LXS AMO MUCHO, GRACIAS POR LEER, BESITOS.

Rooftop Love  (Seungin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora