"Think I'll miss you forever
Like the stars miss the sun in the morning sky
Later's better than never
Even if you're gone, I'm gonna drive" —Summertime Sadness, Lana del rey.
Jeongin realmente nunca conoció a Seungmin.Jeongin nunca le tocó el rostro con sinceridad, ni beso sus labios en un arranque de ternura donde no existiera nada más, tampoco bailo con él en medio de la tarde con canciones viejas que un chico de su edad escucharía, jeongin no le sonrió nunca, tampoco le convido de sus cosas, no le compartió risas, tampoco consejos de amor, Jeongin nunca, realmente nunca, pudo hacerlo.
Y no por algo suyo, si por él fuera siempre, siempre, siempre pasaría atrapado en ese pecho, envuelto en el suave tacto del mayor, sintiendo los latidos de un corazón que realmente nunca conoció latente, si por Jeongin fuera, tomaría su mano, la entralazaría con la suya y la dejaría reposando sobre su pecho, ahí donde su corazón se guarda, si Jeongin pudiera, le tomaría en sus manos y lo guardaría siempre, pero Yang Jeongin ya no podía hacerlo, porque nunca tuvo nada por hacer, no tenía opción.
Algunas veces Jeongin creía que estaba loco, lo creyó por primera vez, cinco semanas después de saber la verdad, cinco semanas después de que su verdad comenzará a emprender, y su vida comenzará a escribirse de nuevo, después de que Seungmin llegará y planteará un antes y un después en su vida, vaya, que vacío sonaba, pero entonces Jeongin había caído enamorado de alguien que ni siquiera existía realmente y era patético, enamorarse de alguien que ni siquiera conoció, no dolió tanto las primeras semanas donde su vida dió un giro radiante y las puertas comenzaron a abrirse y entonces ser aprendiz en una academia de canto dónde la gente ya sabía su nombre por tremenda interpretación de una canción que recién había salido. Todo una locura, la vida de innie lo fue durante cinco semanas, luego, luego fue como espuma, su álbum salió en menos de medio año con solo ocho canciones compuestas por alguien más y después de tener la vida tan ocupada por tanto tiempo donde la mente apenas si rozaba los pensamientos más profundos, fue que Chan le dijo la noticia.
Descanso.
Descanso como si pudiera hacerlo, descanso, descanso dónde por primera vez en meses tendría tiempo de regresar a casa, cuatro semanas de descanso, un mes, un largo mes dónde la vida que comenzaba a tener ese presión del pensamiento se brindaba, loco, pues no había tenido ni tiempo de meditar todo lo que le había pasado.
Pero fue en febrero, dos semanas después de su cumpleaños, cuando regreso a su casa, a su vacía casa, donde su madre no estaba y sus amigos no sabían de su regreso, una casa vacía, una vida que se sentía así a pesar de que ya tenía todo lo que quería y necesitaba. Vacía, si vida se sentía vacía, si, pero no un vacío como lo fue antes de él.
Antes de conocerlo su vida era hueca, sin sentido alguno, sin emoción alguna, con egoísmo palpable, con un pensamiento intrusivo que a veces aparecía y no quiso aceptar nunca, tal vez debía visitar a un especialista en salud mental, quizá eso era sano, tal vez más sano. Así que esa tarde agendo una cita con un psicólogo de confianza que Chan le recomendó. Su jefe no sabía porque lo quería y no pregunto porque no era un metiche, sabía que si Jeongin quería hablarlo lo haría, pues forzarlo no serviría de nada.
Aquella tarde que llegó a su casa, las ansias de subir de nuevo le abordaron, quería subir, tomar un bowl de palomitas sin sal y hacer uno pequeño con caramelo para que esta vez no hubiera quejas, pero... aunque no llevará el caramelo, y solo las palomitas sin sal, las quejas ya no estarían ahí, ya no habría quejas sobre lo malo que sabían estás o enojos por creer que en efecto, un intruso le había quitado lo que le pertenecía. Quizás si le había robado algo suyo, tal vez y eso era su corazón que desde que supo que él ya no estaba, este se sentía... fuera de su pecho.
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Rooftop Love (Seungin)
Fiksi PenggemarSIN EDICIÓN Jeongin es un chico frustrado con la vida. Seungmin solo en un chico que sonríe demasiado. Uno quiere ser cantante, el otro quiere escucharlo toda la vida. Música, bocadillos y una azotea solo para dos, que dices ¿Aceptas?. Una historia...