Maratón/ 2/3
Fue al día siguiente, en un mañana calurosa, cuando el sol daba directo a los ojos, ya que cerca de medio día el sol daba directo a su ventana, eso hizo que Jeongin se despertara, por inercia como siempre, el chico checo su teléfono; siempre lo hacía en la mañana, antes de hacer cualquier cosas, Jeongin miraba el teléfono, como si el presidente le hablara o Halsey le contestará los mensajes, algo así de importante, y está vez si fue completamente importante.
De aquel celular, brotaban notificaciones que estaban calladas ya que el celular de Jeongin siempre estaba en silencio, eran comentarios, Likes y poco más, todas de YouTube, algunas que otras en tik tok, no fue mala idea promocionar la canción en tik tok, esa app nunca decepcionada.
La mandíbula del menor cayó, las vistas a su video eran asombrosas, era un cover, sí, de BTS, claro, de Coffee, la mejor canción para su punto de vista, la había grabado con la ayuda de Seungmin quien controlo la cámara, al parece el chico era buenísimo en lo que hacía, porque el primer día, tuvo cinco mil vistas, y eso era demasiado para un chico inexperto, con voz media (según él) y con cero seguidores en su canal,. Eso era un milagro. (En su mente se repitió el meme que decía" es un milagro, lo salvó la virgencita de Guadalupe" y eso lo hizo morirse de risa en su cama, como un loco)
Ese día, al llegar a la azotea abrazo y le robo besitos a Seungmin por la emoción, claro por al emoción. Los besos que le siguieron después fueron por el agradecimiento y los que le continuaron por la euforia.
— pero porque tantos besos, ¿Estás bien?— Jeongin asintió, y le volvió a besar, ambos tumbados en el sillón disfrutando de se pequeño pedazo de cielo, la euforia, el saber que todo estaba bien en ese momento, todo al pie de la letra, Seungmin le sonrió, sostuvo su cinturón y como todas las tardes, las pasaron juntos.
Para cuando dos semanas pasaron, a finales de julio, cuando el verano ya estaba presente, y el sol brillaba dañino, el cover contaba con 34 mil vistas, y entonces, los resultados del examen de admisión ya estaban a la vuelta de la esquina, así que simplemente, debía festejar todo lo bueno que estaba en su vida, así que para el día del examen, el decidió hacer una mini reunión. Solo Jisung, Félix y Seungmin, sean cuales sean sus resultados, se haría la fiesta.
Una semana antes de eso, antes de la celebración, y de que los nervios se lo comieran vivo, la última vez que vió a Seungmin le advirtió que quería y necesitaba verlo ahí, en ese lugar, en su casa, a las tres de la tarde, con unas gomitas de panda y sus besos, nada mejor que eso, conocería a los amigos de Jeongin, aunque aún no sabía cómo presentarlo, ¿Su amigo? No era, ¿Su novio? No lo habían pedido formalmente ¿Qué eran? No sabía, pero ahí, en su pecho, mientras ambos acostados en el sofá, miraban el cielo, y el menor le acariciaba la espalda, en mimos, que no podían faltar de sus encuentros, desde el primer beso no paraban de besarse, cada que se veían, cada que se compartían tiempo, no eran algo oficial, pero eran algo, exclusivo, bonito, de ellos.
—no puedes faltar— le recalco Jeongin, mientras le abrazaba como si fuera su oso de peluche personal, de tamaño real, de esos que abrazas toda la noche porque si no no puedes quedarte dormido, Seungmin se sentía tan, tan bien a su lado, que de solo verlo le devolvía la felicidad.
— ¿a que?— preguntó el menor, sumido en sus propios pensamientos, aferrado a Jeongin parecía que podía vivir toda la vida, el calor del chico era único, especial, el calor era tan acogedor, como un hogar, cálido, bonito, con recuerdos que duraban.
— a la fiesta que haré — la fiesta, la dichosa fiesta, 31 de julio, ese día. Seungmin asintió, claro que asistiría, no podía perderselo, no debería.
— ¿a sí?— se estaba haciendo el tonto, claro que habíA escuchado toda la parloteada que su chico decía, su rayito, se sentía tan orgulloso de tenerlo a lado suyo.
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Rooftop Love (Seungin)
FanficSIN EDICIÓN Jeongin es un chico frustrado con la vida. Seungmin solo en un chico que sonríe demasiado. Uno quiere ser cantante, el otro quiere escucharlo toda la vida. Música, bocadillos y una azotea solo para dos, que dices ¿Aceptas?. Una historia...