Otro día más, seguir la rutina era tedioso, pero no podía hacer más, se levantó de su cama, encaminándose al baño para poder refrescarse la cara
Mirándose al espejo descubrió unas oscuras ojeras, probablemente producto de dormir tarde la noche anterior a causa de su tarea, ser una de las mejores estudiantes del colegio no era fácil, pero trataba de hacer su mejor esfuerzo para serlo y enorgullecer a sus padres- ¡Ailén, el desayuno está listo!- Gritó su madre desde el piso de abajo
Estaba tan absorta en sus pensamientos que el grito de su madre la sorprendió
Bajó las escaleras con algo de pesadez y se sentó frente a su padre, quién leía el periódico casi sin inmutarse de su presencia- Buenos días... - Dijo ella acomodándose en la silla
- Buenos días cielo - Su madre dejó un plato con algo de huevo y un par de panes tostados frente a ella, acaricio su cabeza y besó su coronilla
- Buenos días hija - Dijo su padre con esa característica seriedad
Estaba acostumbrada a eso, a la fría seriedad del hombre que llamaba papá, no era su padre, solo era el esposo de su madre, pero ella había acostumbrado a llamarle papá desde que llegó a sus vidas
Un hombre alto, de contextura algo grande, cejas espesas y hombros anchos, pocas veces esbozaba una sonrisa, y no muchas eran para Ailén
Al contrario que su madre, una mujer pequeña, delgada y menuda, tenía unos grandes y brillantes ojos color celeste, su rostro siempre mostraba alegría y calidez
A ella le encantaba ser mimada por su madre, pero sabía que era algo que no podía pasar siempre- Ailén apresurate, llegarás tarde hoy también, no quiero ver un reporte más por retardo- Mencionó aquel hombre pasando de página
La pelinegra solo asintió, en realidad no le importaba mucho tener un reporte más por retardo, pero sabía que si eso pasaba, su padre la castigaría
Terminó su desayuno lo más rápido que pudo y se dispuso a cepillar sus dientes y su cabello, no se esmeraba demasiado en su imagen, tomó sus jeans oscuros, una blusa blanca con pocos olanes y una chaqueta negra, se puso sus botas negras que su madre le había regalado su cumpleaños anterior y se puso algo de rimel y rubor para no parecer muerta- ¡Ailén ya es tarde!
El grito de su padre la hizo bajar corriendo por las escaleras, tomó su teléfono y corrió al auto, su padre la esperaba con impaciencia
- Vámonos- Exclamó antes de acelerar
En el camino pensaba mientras veía por la ventana, pensaba en la rutina, en cómo ya era tan fácil caer en la monotonía, pensaba en que le gustaría que las cosas dejarán de ser así de fáciles, estudiar, ir al colegio, volver a casa, hacer la tarea, cenar con sus padres, tal vez leer un poco o conversar con sus amigos por el chat grupal e irse a dormir
Su cabeza daba vueltas en eso cuando una vibración la sacó de su mente, su teléfono vibraba, un mensajeCristel: "Aili, está frente a tu casillero, dice que no se irá hasta que hable contigo"
Un pesado suspiro invadió el auto, su padre solo la miró de reojo, sin preguntar nada
Ailén: "Llegaré en 10 minutos Cris, yo lo resuelvo"
Guardo su teléfono y apretó el puente de su nariz, César estaba volviéndose un dolor de cabeza, y necesitaba pararlo ya
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¿Quién dijo fácil?
Genç KurguEl amor, dulce, tierno, romántico, agradable y desinteresado... Mentiras, zarpas de mentiras y engaños que nos hacen creer las películas y libros, el amor no es como lo pintan, el amor puede ser duro, cruel, frío, interesado, falso, y muy difícil So...