Parte V (recuerdo I)

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Para el paraíso una vida siempre a sido valiosa en todo los sentidos y más si mostraba los primeros signos de pureza al tiempo debido, siendo lo mas importante para los ángeles en el cielo, cual era el deber divino y todo lo que no era puro tenia que ser extinto… eso mismo habia sido una lección que aprendí cuando creí que no era digno para existir, causándole problemas a mi familia sin darme cuenta y siendo solo un títere en su complicado juego, algo sin valor con un destino atroz.

Por eso pequeños pies dudaba de tocar el frio suelo mientras observaba con sumo detalle a su gemelo, cual estaba durmiendo como una tumba y causando que el niño aun despierto sonriera aliviado. Yuuji se bajo de su cama dando suaves paso hasta la puerta, que abrió sin esfuerzo y la cerro silenciosamente mientras salía atento a su alrededor, tenia que estar alerta que mamá no lo descubriera, sino volvería a su cama y eso no era una buena opción, cada noche era como un juego de vida o muerte.

Entonces cuando el pequeño noto que no habia nadie mas, opto en caminar un largo y oscuro pasillo, que cuando pudo ver su destino apuro el paso hasta una puerta que se encontraba media abierta, no dudo en entrar mientras la cerraba con llave en silencio.

Cuando el pequeño niño de tan solo 4 años vio una cómoda cama, no pensó ni un segundo para dirigiéndose hacia ella y lo primero que hizo fue jalar un poco la cobija para despertar a su aniki, quien se levantaba muy soñoliento y bostezaba al mismo tiempo que se estrujaba el ojo derecho mientras una de sus alas se estiraba, es de un hermoso negro carbón que sino lo conociera no lo reconocería en la oscuridad.

-Aahh… yuuji te he dicho que solo te montes – expreso choso con lentitud, aun estando medio dormido y apartando un poco la cobija para que su adorable hermanito se subiera, era un regalo tener a su yuuji entre sus brazos – sabes que no me molesta que te acurruque sin pedir permiso – comento mientras se volvió a costar y le daba un brazo a su hermanito, para que se acomodara en el y que estuviera mas cerca mientras reubicaba en una cómoda posición sus alas para que no se le entumeciera, aunque eran pequeños dolores que soportaba por las noches.

-see, pero me gusta cuando me acaricia la cabeza – dijo inocentemente y con una suave sonrisa – es que así logro dormir – yuuji se acerco al pecho de su aniki y se arropo hasta la nariz mientras sentía la suave mano del pelinegro, jugando con algunos de sus mechones y logrando oler el tranquilizante aroma de su onii-chan, era algo que calmar su interior rapidamente, aunque estando cerca de su gemelo era mejor, pero a el no le gustaba cuando lo abrazaba o lo levantaba a alta horas de la noche por error, siempre le reclamaba sobre que el entrenamiento no estaba funcionando.

Para el pequeño yuuji la mayoría de las veces no lograba comprender a su gemelo, pero era algo que no le molestaba realmente, su hermanito era raro pero no malo, solo necesitaba ayuda porque es un gruñonsito de primera… esos pensamiento causaron que algo cálido se formara en su interior, es agradable.

-¿aun sigue soñando sobre esas manos? – pregunto de repente choso cual percato el sobresalto de su niño favorito, entonces dejo salir un suspiro cansado pero preocupado – no se… pero digo que no es normal, siempre sueña lo mismo y te hace llorar en silencio, sino no te buscara por la mañana papá notaria tus ojos rojo cuando mamá te descubre en el pasillo – comento tranquilo y mirando hacia la puerta, captando la misma sombra que habia descubierto anteriormente, causando que le generara un escalofrió por su columna y que acercara a su hermanito por la cabeza instintivamente mientras seguía observando el mismo punto con disgusto – deberíamos decirle a papá, el puede ayud..

-¡¡no!! – interrumpió el pelirosado a su hermano mayor, tapándole la boca en el proceso y tomando desprevenido al contrario – si lo haces, mamá va a saber – contesto con miedo en su infantil voz, ella no debía enterarse que el podía verlo, yuuji no quería perderla.

《del cielo al infierno》 sukuitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora