Parte VI(recuerdo II)

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El sonido de los pasos retumbaban en ese elegante y largo pasillo mientras un tarareo algo alegre era producido por el arcángel más genial del paraíso, quien estaba un poco disgustado por su reciente discusión con los altos mandos sobre la actual revuelta en el infierno, como si fuera su culpa que la raza demoniaca estén arto de los ángeles, hasta el estaría de su lado sino supiera de primera mano lo malvado, crueles y poco civilizados que pueden llegar ser. Entonces solo suspiro fastidiado antes de llegar a su oficina y abrir la puerta con algo de aburrimiento, no deseaba llenar los papeles que su precioso esposo le mando… pero deteniéndose de golpe cuando sintió rastro leve de energía maldita, una cual le daba un pequeño escalofrió pero le resultaba conocida por alguna razón y no le gustaba, porque si era lo que creía, este residuo de energía le estaría diciéndo que su primo estaba vivo y que cayo en la desesperación, tanto para volverse un…

Ángel caído.

Sin embargo ignoro ese pensamiento y siguió el hilo de energía que yuuta dejo para él, era tan evidente que cualquiera lo pudiera sentir, entonces cerro la puerta con llave y fue hacia su estantería personal mientras agarraba un libro no tan pesado pero si era regordete, formándole una nostálgica sonrisa por leer el titulo de mil soles estelares, un viejo cuento para niños cual su primo amaba y que pedía cada noche su lectura antes de irse a dormir, pero eso no quitaba el dolor de la traición a su ideales y se volviera en algo que juro jamás convertirse.

El Peliblanco suspiro y se paso la mano por su cabello, soportando el hecho que su primo siguiera vivo, le alegraba pero a que costo, aunque su malestar fue remplazado por una curiosidad al instante que vio en cámara lenta como un pedazo de papel caía de unas de las pagina hasta el suelo, haciendo un sonido sordo mientras no tardaba en dejar el libro en su respetivo sitio y agachándose para tomar la nota. Gojo satoru, el arcángel más fuerte de los territorios, con un gran esposo como compañero de vida y ser el líder de unas de las familia más poderosa del paraíso, ese mismo hombre perdió su color al instante que leyó la carta y una oración le quito la fuerza en sus piernas.

《salva a yuuji》

El adulto no entendía muy bien lo que decían en la carta o no deseaba créelo, pero si era cierto todo o una parte, su ahijado, el niño que le sigue todo sus juegos, el pequeño cual le saca una verdadera sonrisa cuando va de visita, yuuji itadori se encontraba en peligro…

Entonces sin pensarlo, dejo caer la carta y se tele-transporto, apareciendo frente de una casa que se caía en pedazo y el fuego devoraba todo a su paso, Gojo se quito la venda mientras levitaba para conseguir una señal de vida, pero no encontraba nada y eso los frustraba, aun con sus 6 ojos le era difícil mirar través de ese fuego rosado, primera vez que observaba algo tan hermoso y peligroso al momento de consumir todo… así que sin pensarlo fue a rodear la casa, buscando algún signo que alguien intentaba salir pero nada, aunque una leve cantidad de energía a unos pocos kilómetros le llamo la atención y cuando la reconoció, extendió sus alas y fue volando a toda velocidad hacia ella.

No le tomo mucho tiempo en llegar, encontrándose a un árbol de acacia ardiendo por el ardiente fuego rosa, el mismo que se encontraba destruyendo la casa de la familia de su amigo pero percato al instante como el pequeño yuuji se retorcía de dolor mientras alguien con una sombrilla de papel-aceite, ocultaba su identidad pero Gojo podía saber que era kaori por su energía espiritual. Entonces aterrizo elegantemente a unos pocos metros del contrario, manteniéndose alerta a cualquier ataque y analizando si la información que obtuvo de la carta sobre la esposa de su amigo era cierta, aunque pareciera un poco descabellado pero no imposible, entonces empezó a dar pequeños pasos hacia la mujer con las manos en su bolsillo.

La pelinegro dio media vuelta con su sombrilla en mano y aparentando estar sorprendida por la llegada del contrario, pero realmente trataba de ocultar su disgusto, pero de igual manera volvió a darle toda su atención al pequeño y lo perfecto que se estaba convirtiendo, habia valido la pena calarse no poder hacer más de sus experimentos por este resultado.

《del cielo al infierno》 sukuitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora