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Aviso: este capítulo contiene ero-guro moderado (es mi primera vez escribiendo algo de este tipo, se aceptan críticas constructivas) incluye violación, gore, zoofilia, sice difference.

Capítulo extenso +2300 palabras

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Cuando el vampiro regresó vio que habían algunos lobos esperando por él, probablemente para asegurarse de que regresaría como había prometido.

--Una disculpa, estaba muriendo de hambre.

Se disculpó, limpiando la comisura de sus labios con su mano, los lobos no quisieron preguntar nada, pero como no lo habían visto por los alrededores en un buen rato seguramente descartaban la idea de que él hubiera atacado a alguien del pueblo.

--No hay problema, estábamos esperando a que volviera para decirle donde va a quedarse en este tiempo.

--Oh, ya veo, en verdad se los agradezco mucho.

Sonrió falsamente, pues sabía que esa no era mas que una buena excusa, aun así esos lobos lo guiaron por los caminos de tierra del pueblito y se detuvieron frente una casa, llamaron a la puerta dando dos golpesitos, esperaron un poco y como nadie contestó volvieron a llamar, entonces una mujer abrió la puerta, era evidente que acababan de despertarla.

--¿Qué ocurre? -murmuró soñolienta, frotando su rostro con una mano- ¿Por qué vienen a despertarme a estas horas?

--Una disculpa señora Jung, pero-

--¿Qué hace él aquí?

Dijo con molestia cuando se percató que él vampiro estaba entre los otros lobos.

--Señora Jung, el vampiro debe quedarse con usted, son ordenes del consejo de ancianos.

--Al carajo el consejo de anciano, ese monstruo no es bienvenido aquí, no pondrá un solo pie en MI casa.

Dijo, intentando cerrar la puerta, pero uno de los hombres que estaba allí se lo impidió, le dijo algo en voz baja para intentar hacerla entrar en razón, y al parecer funcionó, pues se hizo a un lado.

--Bien... solo por esta noche, pero mañana por la mañana te irás con algún loco que si te acepte bajo su techo.

--Se lo agradezco enormemente, señora.

Dijo el vampiro con labia de poeta, haciendo una pronunciada reverencia, en verdad odiaba a esa clase de personas, pero verlas solo ayudaba a justificar sus ideales, luego de eso se quitó los zapatos y los dejo en la entrada, sabía que la mujer no estaría a gusto con tener sus cosas en su casa, entró y la mujer cerró la puerta a sus espaldas.

--No me gustaría ser una molestia... pero ¿Podría permitirme tomar una ducha rápida y tomar prestada algo de ropa limpia? No importa si es ropa vieja o pequeña, solo... solo quiero quitarme esto de encima.. no me trae buenos recuerdos ¿Sabe?

Murmuró, agachando su cabeza, sus dedos juguetearon ansiosamente con el borde de esa asquerosa y arruinada remera que traía puesta, el vampiro pretendía dar lástima, y en su estado actual podía lograrlo sin problemas; la señora Jung, como la habían llamado los otros, sintió algo de pena por él.

Double TroubleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora