12 | la verdadera hetty

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Michael le leyó a Hetty hasta que ella se quedó dormida con la cabeza en su regazo y su brazo descansando sobre su estómago. Mason entró en la habitación cuando la manecilla del reloj se acercaba a las doce, y suspiró al ver el cuerpo dormido de Hetty.

—¿Se quedó dormida hace mucho? —preguntó Mason, acercándose a Michael con cautela.

—Hace unos veinte minutos —dijo Michael—. Estuve leyendo para mí mismo desde entonces.

—No estuvo durmiendo bien recientemente —dijo Mason, mirando hacia abajo para comprobar que Hetty no estuviera fingiendo—. Debes de tener poderes mágicos.

—Eso o está exhausta, y, literalmente, no puede permanecer despierta —dijo Michael.

Mason se rió—. Michael, mírala. Nunca había visto a Hetty acercarse tanto a nadie excepto a Tessa o a mí. No sé qué está pasando entre ustedes dos, y tal vez sea el alcohol hablando, pero van a estar bien. Sé que no se llevaban bien al principio, pero no puedes negar que ahora son muy buenos amigos.

Michael miró a Hetty, sonriendo por lo tranquila que se veía cuando dormía—. Supongo. Pero estoy con Charlotte.

—Michael, en el fondo sabes que nunca va a pasar nada con Charlotte, ¿no? —preguntó Mason—. No puedes casarte con ella, no puedes tener hijos con ella ni tener un futuro juntos. Tu futuro está aquí.

Señaló a Hetty y Michael suspiró—. Lo sé, pero también podría vivir un poco antes de que eso suceda.

—¿Entonces admites que ves un futuro con Hetty? —preguntó Mason.

—No tengo elección, ¿no? —respondió Michael—. Ha sido mi esposa durante los últimos dos años. Todo lo que falta es que Tommy nos ponga frente a un cura y el trabajo está hecho. Solo veo el futuro que me dejó.

—Nuestra Hetty es buena —dijo Mason—. Ella te mantendrá sobre la tierra, pero también será tu mejor amiga.

—No sé nada de ella —dijo Michael—. ¿Cómo voy a casarme con una chica de la que no sé nada?

Mason se sentó junto a Michael en una silla diferente para evitar despertar a Hetty—. Puedo decirte algunas cosas que debes saber. Nuestra Hetty es increíble, y cuando pierde la paciencia, diablos, pierde la paciencia. Pero también es la chica más amable que he conocido, y para alguien como ella, que ha pasado por tanta mierda, no tiene mala voluntad hacia nadie. Es demasiado buena para este mundo, así que será mejor que la cuides.

—Lo haré —dijo Michael—. Cuando llegue el momento, la cuidaré.

—Y ella cuidará de ti —dijo Mason—. Pero es mejor que tengas cuidado con su maldito padre. Es un loco.

Michael asintió—. Escuché algo así. En realidad no están relacionados por sangre, ¿no? Escuché a Tommy y Tessa hablar de eso, pero nunca me lo dijo.

—Ah, esa no es mi historia para contar —dijo Mason en tono de disculpa—. Casi nadie lo sabe, y esa parte de la razón por la que es tan reservada. Tendrás que preguntarle cuando esté de buen humor, porque no se abre fácilmente.

Michael suspiró—. Solo quiero conocerla, ¿sabes? A la verdadera Hetty. La que no me odia.

—Ella no te odia —dijo Mason, mientras Hetty se movía y murmuraba algo sin sentido—. Pero nos odiará si la desperamos. La llevaré a su habitación.

Michael dejó que Mason levantara a Hetty, asegurándose cuidadosamente de que su cabeza descansara sobre su hombro. Michael se puso de pie y asintió con la cabeza hacia Mason—. No la despiertes.

—Intentaré no hacerlo —respondió Mason sonriendo—. ¿Te importaría abrir la puerta y ayudarme a subirla? Soy un hombre con muchos talentos, pero a pesar de todas las veces que Tessa volvía a casa y se desmayaba en el suelo, nunca pude hacerlo solo.





Hetty estaba en la tienda de apuestas unos días después de que Tommy regresara de su viaje espontáneo a Gales. Estaba poniendo algunos papeles en el escritorio de John cuando vio a Arthur entrar, luciendo bastante feliz, y Tessa le sonrió cuando ella y su hija también aparecieron.

—Hola Arthur —dijo Tessa—. ¿Qué te tiene de tan buen humor?

—Es Linda —dijo Arthur, incapaz de contenerse por más tiempo. Con una amplia sonrisa, se quitó la gorra y se pasó una mano por el pelo—. Está embarazada. Voy a ser un maldito papá.

Hetty se apoyó en el marco de la puerta—. Esas son buenas noticias.

—Por favor, no maldigas frente a Bella —dijo Tessa antes de sonreír—. Estoy tan feliz por ti. ¿Para cuándo espera?

—Creo que para septiembre —respondió Arthur, aceptando el abrazo que Tessa le ofreció—. Voy a ser papá.

—Serás un gran padre, Arthur —dijo Tessa—. Quiero decir, si Tommy puede hacerlo, cualquiera puede.

—Bien, será mejor que me vaya y se lo cuente a los demás —dijo Arthur, completamente perdido en cuanto a cuál sería su próximo movimiento. Estaba tan feliz que no sentía que sus pies estuvieran en el suelo.

Tessa asintió—. Dile a Tommy que me llevaré a Bella a casa, ¿sí?

—Lo haré —dijo Arthur—. Voy a ser papá, Tess.

—Te estás convirtiendo en un hombre de familia —dijo Tessa—. Lo siguiente que estarás haciendo es recolectar huevos en una pequeña granja.

—No lo creo —respondió Arthur—. Las gallinas parecen dar mucho trabajo.

Tessa puso los ojos en blanco—. Si crees que las gallinas son mucho trabajo espera a tener un hijo. Son incluso peores, aunque definitivamente valen la pena. Bien, será mejor que vayas a buscar a los demás.

Arthur juntó las manos—. Sí, sí, sí. Pero primero, champán.

—Creo que hay una botella en la cocina —dijo Tessa, y se echó a reír cuando Arthur corrió a buscar la botella. Bella tiró de su mano y Tessa la miró—. Sí, sí, vamos a casa.

Hetty se rió—. Adiós, Tess.

—Hasta luego, Hetty —respondió Tessa mientras Arthur regresaba con una botella de champán.

—Felicitaciones de nuevo, Arthur —dijo Hetty.

Arthur la abrazó—. Maldición, estoy asustado.

—No lo estés —dijo Hetty—. Si Mason puede cuidar de mí, tú puedes hacerlo. Mírame, soy un ángel.

—¿Tú? —preguntó Arthur—. Eres una completa loca.

Hetty frunció el ceño—. No soy tan mala. Mason es peor.

Los ojos de Arthur se agrandaron—. ¡Mason! ¡Tengo que ir a contárselo a los demás! Adiós, Hetty.

Y luego Hetty se quedó sola, deseando poder algún día ser tan feliz ante la perspectiva de tener un hijo.

THE KIDS AREN'T ALRIGHT | Michael Gray ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora