D I E S I N U E V E

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¿Creen en el destino?, sin comentarios.

Bishamonte parecía confundido ante la aparición de aquel asiático, para ser específicos, el emperador Qin Shi Huang. No sabía cómo sentirse después de oír la descarada propuesta del hombre extranjero quien apenas entró a su casa hizo un enorme revuelo.

-Entonces... Dice que me dará un gran porcentaje de efectivo para lavarlo, sin ni siquiera oír mis condiciones de por medio ¿Estoy en lo correcto?

-Asi es amigo!-poseía esa gran sonrisa característica suya- No me lo tomes a mal, no soy un criminal, yo solo quiero un dinero limpio que compre ... Además yo poseo poder y se que tú no puedes ponerles condiciones, ¡Soy yo el Gran Emperador!, A mi nadie me va negar nada.

-Esta usted demente, yo creo que lo correcto es que sea yo quien ponga límites, después de todo soy yo quien me arriesgo.

-Veo que todavía no lo entiendes, tu eres mi empleado ahora.

El hombre se enojo bastante ante la insolencia del empresario.

-Es mejor que se largue, yo no recibo órdenes de nadie más que de el alto mando

-¡Vaya que eres tonto amigo!, No lo estás entendiendo en lo absoluto.-lo tomo de la fina corbata y lo jalo con una fuerza extrema, conjunto a esa sonrisa que de pronto se volvió tétrica- Tu superior ahora soy yo, porque soy el nuevo socio de la organización.











El albino llegó a su casa bastante frustrado, estaba empapado y hacía frío pero aquello no era impedimento para sonreír como todo un idiota al recordar lo que dijo el francés, aún creía que lo de la fiebre de sasaki solo era excusa para salir huyendo del lugar, Huir, vaya quien lo diría de parte de ese enano rubio.

-Llegas tarde.

La voz de Poseidon lo hizo pegar un gran brinco del susto, el rubio griego estaba degustando una manzana mientras veía a su hermano de manera analizante.

-¿Llovió?, No me di cuenta.

-No, Hermanito, no ando con ganas de hablar ahora así que pregunta mañana

-Eso va estar difícil, estás en problemas.

-¿Eh?, ¿Mamá se enteró que rompí su tasa favorita?

-No, afortunadamente de eso te has salvado sigue creyendo que fue Adamas, Tu esposa.-se pausó para dar otra mordida- Tu esposa está furiosa, supo que ese enanin y tú tienen su historia.

-¿Que?, ¿¡Cómo sabe!?

-Hera, su amiga incondicional.

-Aveces me preguntó porque le gusta decir burradas.

-Tu esposa se encerró en la habitación y anda modo asesina.

-Deséame suerte, yo duermo con ella en la misma cama.

-Uy re mala suerte hermano.

El albino iba a irse pero antes se dirigió a su hermano quitándole la manzana y luego abrió la ventana más cercana para tirar la fruta.

-¿Eso porqué?

-No se, quería desquitarme.

Luego de aquello subió las escaleras para dirigirse a su habitación, respiro profundo antes de entrar quería permanecer calmado abrió la puerta lentamente y entro en total obscuridad, la luz de inmediato se encendió mostrando a una pelirroja algo enojada no tanto pero se podía notar su impotencia interna.

-Buenas noches mi amor.-habló el albino.

-Noches, Buenas lo dudo mucho.

-Mente, ¿Volviste a pelearte con Demeter?-preguntó para tratar de disimular.

Obsesión| Sasaki x Poseidón © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora