V E I N T I C I N C O

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Corría lejos por aquellos grandes y largos pasillos del centro comercial, cualquier persona que viera a aquel niño podía suponer que estaba huyendo de alguien.

El moreno con lágrimas en los ojos entro a una tienda de ropa y de inmediato se oculto dentro de un perchero circular a llorar. Él no quería estar ahí con esos "desconocidos" quería irse con sus padres, con los únicos padres que tuvo.

Hace no muchos meses salió de aquel orfanato donde fue llevado tras la muerte de sus padres, unos señores muy raros fueron quienes lo adoptaron y lo reclamaron como su hijo, desde entonces no ha querido salir con ello, ni mucho menos tener que soportar un "ambiente familiar". ¡Que se olviden de su existencia! Eso y se vayan desapareciendo de su vida por completo.

-Hey, aquí estás.

Esa voz... Esa voz que tanto escucha por todos lados, la odiaba porque significaba que volvería a ese hogar falso que tanto detestaba.

-¿No piensas hablar?

El asiático tapo sus oídos haciendo una negativa con la cabeza mientras seguía llorando apretando sus ojos con fuerza, como si quisiera que desaparecía ahí mismo.

-Mmh... Bien, no hay que hablar si no quieres, solo me quedaré aquí a tu lado y en silencio.

No dijo nada, siguió callado, completamente enojado, ¿por qué no se iba y ya?

El silencio reinaba, no sabe cuántos minutos estuvieron así, lo único que se podía diferenciar era el bullicio que se mantenía afuera de su espacio callado, era obvio después de todo era un centro comercial.

-Mira, nos podemos quedar todo lo que quieras aquí pero nuestros padres se preocuparan.

-No son mis padres...

El rubio lo miro mordiendo su mejilla interior sin saber que decir, soltó un suspiro y esbozó una sonrisa pequeña.

-Bueno, tienes razón, es lo que tenemos en común. A mí también me adoptaron ¿Sabías?

El japonés lo miro confundido, el rubio sonrió aún más -Eres un mentiroso, eres igualito a ella.

-¿Dices que parezco una mujer?-levantó una ceja fingiendo estar ofendido, aunque el pequeño japonés se lo creyó de inmediato.

-¿E-eh?-se sonrojo apenado- ¡N-no! No me refería a eso.

-Escucha, yo entiendo que te sientas así y no te digo que olvides a tus padres biológicos pero puedes intentar volver a ser feliz saki... Al menos solo intentarlo, ellos solo quieren que seas feliz de nuevo.

-Y-yo...

Se quedó callado sin saber que decir.

-Solo piénsalo.-se fue preparando para salir del perchero y miro por última vez al japonés con una sonrisa y unas últimas palabras.- Y no tardes tanto en volver al área de comida, Renata va a empezar a llorar y me da jaqueca.-soltó en tono de broma

El japonés se limpio las lágrimas y asintió, el rubio se fue... ¿Debería confiar en que ellos quieren su felicidad?

¿Él quiere su felicidad?

















El japonés se levantó con un mareo fuerte, miro el reloj y noto la hora. 4:30am... Llevaba un tiempo en el que tenía estos sueños o más bien recuerdos, siempre se despertaba a la misma hora y del mismo modo. Se levantó de la cama en dirección a la cocina por un vaso de agua.

Obsesión| Sasaki x Poseidón © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora