05 ° Familia

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Al salir de clase viajo con los Cullens en la parte de atrás del auto de Alice. Se sentía un poco incómoda con estos dos vampiros, con los cuales no paso mucho de su tiempo. No compartía mucho con ellos más que lo sobrenatural. 

 Se distrajo mirando por la ventanilla todo el viaje sin querer unirse a la conversación de la pareja. Un sentimiento desconocido volvió en ella, un cosquilleo desde adentro, que había tenido desde que conoció a los Cullen.

 Tal vez sea su transformación completa. Desde niña pudo cambiar un poco adquiriendo algunas formas de lobo. Sus uñas crecían, le cambiaba la cara y el color de los ojos. Incluso a veces las orejas se volvían más puntiagudas. Pero nunca se transformó en un lobo. 

 Su madre decía que al ser mitad vampiro eso activaba el gen lobo, pero no por completo. Estos se despertaban al presentir vampiros cerca, ella vivía con estos. Lo más probable es que su cambio ocurra en las siguientes semanas. 

 Debía contárselo a Carlisle, ya que podría generar problemas hacerlo en la casa sin que lo sepan. No sabía la reacción de ellos al ver un lobo de frente, tal vez incluso la rechacen. Un miedo se creó en la cabeza de la híbrida, el miedo al rechazo.

 Los Cullen le brindaron todo lo que necesitaba e incluso la adoptaron. No sabría que hacer si ellos decidían dejarla de lado o echarla a la calle. 

 Al llegar a la mansión lo primero que hizo fue ir con Emmett, necesitaba un abrazo de oso para calmar el miedo. Corrió escaleras arriba entrando a su habitación donde el vampiro la esperaba jugando con una consola. Se abalanzó sobre él, aprovechando que estaba acostado en el suelo.

 Abrazo su ancha espalda sintiendo un gran frío recorrerla, el vampiro no dijo nada. Se quedaron en ese cómodo silencio hasta que la chica hablo. 

 -Si me convierto en un lobo, ¿Me odiarías?- Apoyo su mandíbula en el hombro de Emmett para ver su rostro pensante.

 -Claro que no, me pondría feliz de al fin tener un perrito- El vampiro alígero el ambiente con una pequeña broma- Ya me encariñe de ti linda, no te dejaré ir solo porque te salga pelo y gruñas. 

 Un calor comenzó a crecer en el pecho de la chica, el mismo sentimiento que tenía cuando su madre la abrazaba con fuerza.

 Amor, estaba sintiendo amor por un vampiro que acababa de conocer. Rodeo los hombros de Emmett en un abrazo, mucho más relajada, ahora que sabía que él no la rechazaría. El tomo una de sus manos y la beso con cariño. 

 En la cabeza del vampiro solo podía pensar en que su hija acababa de llegar de la escuela para preguntarle si era fea. Se sentía extrañamente familiar con eso, le gustaba. Le gustaba la idea de volverse la figura paterna de Hel. 

 Feliz como no podía, pensaba en mostrarle su avance a su esposa. Hel le había dado, sin darse cuenta, un voto de confianza. Además de que le gustaba el calor corporal de la chica que lo abrazaba por la espalda. 

 Al pasar los minutos la chica se separó y se puso a su lado para jugar con él. Compitieron toda la tarde ignorando los deberes de la chica. Más de una vez debieron parar para que Hel busque algo de comer. 

 Rosalie fue quien detuvo su tarde de juegos alegando que Hel debía estudiar. Tuvieron que apagar todo, sacaron los libros y ayudaron a la híbrida a hacer su tarea. Los dos eran muy inteligentes o habían hecho la preparatoria por mucho tiempo.

 -Rosalie, no entiendo esto- dijo señalando un ejercicio de química -Creo que no debí haber ingresado sin examen previo.

 - Química se me hace complicado, incluso a mí que ya la curse decenas de veces- El vampiro dijo viendo el problema. 

 La rubia negó comenzando a explicar lo que debía hacer, le gustaba serle útil a la chica. Sonrió orgullosa cuando vio que pudo hacer el segundo problema sin ayuda, Hel era inteligente. 

 -Rose, creo que pronto me convertiré completamente en lobo- Hablo la niña jugando con los anillos de sus dedos.

 -Entonces deberemos prepararnos, tal vez aumente tu apetito- Rosalie pensaba en todo lo que necesitarían para la niña- Debemos avisarle a Carlisle.

 - Eso pensaba hacer, pero tengo miedo de los otros- El comentario llamo la atención de los otros dos- Ya saben, me convertiré en un lobo, su enemigo natural. Tal vez me rechacen. 

 -Ellos no lo harán, y si lo hacen los tres nos iremos de aquí- La vampiresa tomo la mano de Hel en señal de apoyo -No te preocupes, no dejaré que te hagan algo. 

 Esto despertó un recuerdo en la chica, su madre siempre le decía eso cuando tenía miedo. Las lágrimas comenzaron a llenar los ojos de la chica. Los vampiros no sabían que hacer, no sabían porque la niña estaba llorando. 

 -Mi mamá, me decía lo mismo- Hablo explicando su situación -Siempre dijo que si algo le pasaba, enviaría a alguien que me cuide. Creo que los envió a los dos.

 Los vampiros sintieron un gran cariño crecer desde el fondo de sus corazones. Se unieron los tres en un abrazo que los hizo sentir cálidos. No dejarían que nada le pasara a su niña. Hel era su niña, su hija.

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Mezcla de sangre || TwilighDonde viven las historias. Descúbrelo ahora