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Chapter Twelve

El sonido de las olas resonaba en los oídos de Beth. El atardecer era hermoso. Ella llevaba esperando a la pelirroja por cinco minutos, creía que no iba a llegar. Segundos después sintió unos toques en el hombro. Se dió la vuelta y divisó a la pelirroja con una sonrisa en su rostro.

Ellas habían ganado confianza, aunque Beth se sentía demasiado nerviosa con la pelirroja presente. En cambio, la pelirroja solo se sentía demasiado atraída por Beth, y ella sabía que no estaba mal, pero también creía que Beth pensaba que lo estaba.

La pelirroja tomó de la mano a la chica y la jaló hasta llegar al pequeño puente que había allí cerca. Beth pudo notar que habían muchos candados colgando de este, y se dió cuenta de donde estaban. Antes de poder articular una palabra, la pelirroja le extendió un candado en forma de corazón con la iniciales "M & B" .

Beth la miró incrédula. Sin decir una palabra, le extendió la llave. Beth la tomó un poco confundida, aunque se imaginaba de lo que trataba esto. La pelirroja no paraba de sonreír, aunque sentía que Beth podría rechazarla. Algo que no pasó.

Beth tomó la llave y la insertó en el candado, haciendo que se abriera. Miró de nuevo a la pelirroja, incrédula, aún así se acercó y tomó su mano.

Se miraban a los ojos. Sus ojos avellana recorriendo su hermosa cara. Beth colocó el candado en la baranda, y lo cerró. Una sonrisa se instaló en su rostro.

Antes de que ella pudiera hablar, Mads la interrumpió.

—Espero que no creas que eso signifique amistad porque no lo significa para nada—tomó aire.

«Tal vez no lo hayas notado porque eres muy despistada, cariño, pero desde que te ví mi mundo se puso de cabeza. Aunque creas que esto sea la típica confesión falsa, no lo es, realmente me gustas, Beth. Tal vez pienses que esto está mal, pero no es así. Necesitamos a alguien que nos ame. ¿Y que si dicen cosas de nosotras? No me importa. Me importas tú. Mereces a alguien que te ame tal y como eres, y un hombre no apreciará todo de ti. No como yo lo hago y lo haré. Beth, quiero que sepas que amo esos ojos miel y tú tanto odias, y esas lindas pecas que abarcan tu rostro. Amo cada parte de ti. Te amo.»

Beth estaba apunto de llorar. Sentía su corazón palpitar rápidamente. Jamás creería que alguien le pudiera haber dicho eso. Por dentro gritaba, por fuera parecía que había entrado en un shok.

La pelirroja retrocedió asustada, sin saber que hacer. Las repuestas no llegaban a su cabeza, y sentía que había hecho un error. Sintió el temor correr por su cuerpo.

Pero Beth actuó mucho antes. Tomó a la pelirroja por la nuca y la atrajo en un dulce beso. Sus labios se movían en compás. Beth sintió un pequeño click. Las manos de la pelirroja se posaron en su cintura, y Beth subió sus manos hasta cruzarlas por cuello.

Se sentía amada.

Después de un gran y lindo beso, se separaron. Los ojos de Beth parecían que se saltarían de su rostro. Mads tenía sus ojos cerrados, aún sorprendida por las mariposas revoloteando en su estómago.

Ninguna habló, pero una señora no tan mayor se acercó a ellas.

—Disculpen, pero quería obsequiarles esto—la señora sonrió entregando una foto.

Las dos chicas la tomaron. El atardecer resaltaba en la foto — junto con el cabello pelirrojo de Mads —. Parecía la foto perfecta. Ellas dos besándose con el atardecer de fondo, sintiéndose amadas.

Cohibidas por el obsequio, las dos agradecieron y la señora se fue.

Beth no dejaba de admirar la fotografía.

Waiting on you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora