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Chapter sixteen
(extra)

La brisa chocaba contra el rostro de Beth. Sus brazos alzados al aire mientras su cabello volaba por los aires. La vista del mar era la mejor que ella había tenido. El coche descapotable rojo las llevaba a la playa. Mads conducía el auto, y también estaba frustrada cuando su cabello se interponía en su camino. Ella prefería siempre los lugares fríos, donde no había brisa, donde debía de quedarse en casa con la calefacción alta, donde debía usar cantidades grandes de ropa, pero ahora mismo no le importaba. Ella haría todo para que Beth estuviera feliz.

La pelirroja dirigía el auto hasta la playa, aunque no le gustara mucho el lugar, tenía que. Beth estaba completamente emocionada, por primera vez salía de ese pueblo donde lo único que hacía era trabajar. Beth, al comentarle a Mads sobre sus ganas de salir de allí, la pelirroja no dudó ni dos veces para ofrecerle a Beth un tranquilo y acogedor viaje en auto. Mads había rentado un convertible rojo donde pasarían sus viajes en carretera. En la parte de atrás del auto, habían algunas mochilas con poca ropa que las dos chicas habían empacado.

Mads aparcó el auto en el estacionamiento de la playa. No había gente, al parecer, estaba solo. Las dos chicas bajaron del convertible completamente emocionadas, Beth por la playa y Mads por la compañía de Beth. La pelirroja subió sus gafas para apreciar mejor el lugar, en cambio, Beth estaba sacando sus cosas para poder tenderse en la arena y después ir al agua. Entre las dos tendieron una gran toalla en la arena, y colocaron sus cosas allí mismo. Beth se sacó el vestido rojo que llevaba puesto, quedando en un traje de baño verde oscuro. Mads, en cambio, se quedó allí parada admirando a Beth bajo la luz del sol.

Cuando Beth salió corriendo directo a las olas, Mads se despojó su falda y su camisa corta, quedando en un traje de baño color rojo oscuro. Se recostó en la toalla y sacó un libro de su bolso. Se dispuso a leer un rato, mientras comía un aperitivo vegano que ella había llevado. Minutos después, Beth se acercó a la pelirroja, pidiéndole que la acompañara al agua. Mads, se negó rotundamente pero, todos sabemos que fue imposible decirle que no a Beth.

Y allí estaban. Las dos chicas jugaban en el mar siendo tumbadas por algunas olas. Las dos reían felizmente, todo era realmente feliz. Mads estaba completamente agradecida al tener a Beth frente a ella, era como si estuviera viendo un ángel, o al menos eso creía la pelirroja. Beth, ella creía que era un sueño, jamás se imaginó que estaría saliendo con una pelirroja que realmente la amaba. Todo era un jodido sueño.

Mientras la tarde pasaba, ya se hacía tarde. Las dos chicas recogieron todo y tomaron camino hacía una pequeña cabaña que había allí cerca. Se instalaron y decidieron recostarse en el sofá gris que había en el lugar. Beth llevaba una sudadera azul que le quedaba a la mitad de los muslos, mientras que Mads llevaba una camisa corta y unos shorts grises. La pelirroja estaba recostada con Beth en su pecho, esta le hacía caricias en su abdomen, provocando que la pelirroja de enterneciera a su toque.

—Mads...—llamó Beth.

—¿Si?

—¿Todo esto es real?—preguntó.

La pelirroja soltó una risita aún sin poder creer lo que había dicho Beth.

—Si, lo es.

Beth soltó un gran suspiro al escuchar esas palabras.

—Todo parece un sueño, jamás me imaginé estar aquí en este momento, me has hecho realmente feliz, y no se como te lo voy a agradecer.

Mads sonrió.

—No necesitas hacerlo, dulce Beth. Yo se que no te imaginabas esto pero, es real, y realmente voy a hacerte sentir como te lo mereces, no necesitas conformarte con alguien que no te trate de esa manera, de la manera a la que a ti  te gustaría que te trataran.

Beth se sentía totalmente conmovida con las palabras de la pelirroja. Realmente se sentía así. El creer que todo era un siempre sueño estaba mal, solo que ella no podía creer que alguien la iba a tratar de esa manera. Ella creía que eso no era posible, pero al final si lo era.

Cerró los ojos en busca de encontrar paz, aunque ya la sentía junto a Mads. Cuando estaba apunto de quedarse dormida escuchó a la pelirroja murmurar.

—Te amo, Beth. Como no te imaginas...

Las dos quedaron profundamente dormidas, sabiendo que las dos se amaban. Y aunque unas palabras no fueran lo suficientemente creíbles, lo hacían. Ellas dos se amaban, y el universo estaba a su favor.

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Esto es muy corto pero quería subirlo ya porque una personita me lo había pedido y esta enfade y enfade. Liz se te quiere <3

Este no es un capítulo, es como un extra y el capítulo 16 lo subiré en unos días :))

Espero se haya notado le referencia de Los siete maridos de Evelyn Hugo, fue lo único que se me ocurrió.

¡No se olviden de votar!

A.

Waiting on you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora