seis

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Un mes había pasados desde aquel desagradable acontecimiento para Hoseok, todo seguía normal, como si nada hubiese pasado, y estaba bien para Hoseok, a fin de cuentas estaba acostumbrado a ser ignorado y no tomado en cuenta; lo que menos quería era llamar la atención y molestar a su marido.

Era un sábado en la mañana, suspiró con desgane cuando se dió cuenta que Yoongi no estaba a su lado en la cama, seguramente se habría ido a trabajar, y no era sorpresa para Hoseok, a pesar de que los sábados eran los días libres de Yoongi, este siempre decidía ir a trabajar excusándose de que nunca dejaba de haber trabajo.

Su día transcurrió como cualquier otro, lavó ropa, limpió la casa, barrió el piso, lo limpió, preparó la comida; aunque no sabía a que hora regresaría Yoongi, aún así prefería tener la comida lista. Sus días siempre eran iguales, hacia los quehaceres del hogar, hacia la comida, esperaba a Yoongi. Su vida era tan monótona, y ni hablar de su vida sexual con su marido, apenas si se veían, Yoongi se la pasaba trabajando, y cuando estaba en casa (cosa que casi no pasaba) solamente prendía la televisión y veía el fútbol con una cerveza en la mano.

A veces Hoseok dudaba mucho de que si Yoongi en realidad le quería, es decir, el sabia que fue un matrimonio arreglado pero aún así... Hoseok había desarrollado sentimientos por Yoongi, es decir, casi no lo veía pero su esposo era un buen hombre, nunca lo golpeó o le habló mal, eso para Hoseok ya era más que suficiente, siempre se conformaba con que Yoongi le hablase con ese apodo qué tanto le gusta o que le abrazara en la noche para dormir.

Pasadas las siete de la tarde Hoseok decidió ir al mercado, era tarde ya y su esposo aún no llegaba a casa, se sentía solo y aburrido, además, necesitaba surtir la alacena de la cocina.

Llegó al mercado y metió en su carrito de comprar de todo, leche, pan, verduras, fruta, carnes y demás cosas para comida.

Hoseok estaba de puntitas tratando de alcanzar el último suavizante de ropa que estaba en la repisa más alta del estante cuando de repente sintió un cuerpo detrás del suyo y una mano agarrando el producto que el hace unos segundos trataba de tomar, se volteó con el ceño fruncido.

-disculpe, yo- -guardó silencio en cuento reconoció el muy conocido rostro de la persona que agarro su suavizante. Se quedó sorprendido por un rato.

-Hola de nuevo, Jung Hoseok.





¡No puede ser! Regresé después de un año. akjsjaiqjsj
Hola de nuevo. Espero que todavía haya personas apoyando esta historia a pesar del tiempo que tarde en actualizarla, lo siento tanto, me dio un bloqueo de un año😪akakaka

Give Me Love {YoonSeok} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora