꒰⸼ͯ °📌 * ⋆꒱ ¿Qué podría pasar teniendo un novio pandillero?
જ⁀➴˚˖𓍢ִ໋🌷͙• ✧ ꘎જ⁀➴ ▬▬▬▬ 𝑨𝑽𝑰𝑺𝑶𝑺.
⩇⩇:⩇⩇
꒰˚˖𓍢ִִ໋🌺˚˖𓍢ִ✧˚.꒱ Reader x Fem!Reader.
꒰✩°。⋆⸜ 🍪✮꒱ Son más bien One Shots, por lo que hay mucho contenido e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra T/n.
Al principio me quedé algo confundida, no sabía si Mikey lo estaba diciendo en serio.
¿Él enamorado de mí...? En parte llegué a pensar que sólo eran polvos sin compromiso.
En su mirada se notaba la determinación. La verdad, no sabía que contestarle... ¿Y si fuera sólo una broma? Aunque se le veía muy convencido como para bromear con eso.
— Mikey...
Eran notables mis nervios, ¡joder, se me ha declarado el chico que me gusta!
— Puedo morir en paz. – Dije con un tono calmado. –
Vi ese pequeño brillo en sus ojos, que le acompañaba junto con esa apacible sonrisa. No tardó en juntar sus labios con los míos en un tranquilo y benévolo beso. No era nada con otras intenciones, era muy acogedor, hasta que a los segundos nos separamos.
— ¡Prometo hacerte muy feliz! – Habló con una osada mirada. –
Sonreí con un notable color carmín en mis mejillas.
— Ya dime, ¿de quién fue la idea? – Reí. –
— ¿Eh?
— Vamos, esto no se te habría ocurrido a ti.
— ¡¿Q- qué dices?! ¡Yo pensé todo! – Se cruzó de brazos. –
— Ajá, sí. – Volví a reír. –
Éste agarró mi mano y se levantó, al igual que él imité su acción.
— Ya oscureció bastante... ¿Te quedarás a dormir en mi casa? – Preguntó. –
— Bueno, está bien, pero... ¿No crees que tu hermana y tu abuelo estén durmiendo?
— Sí, pero de eso tranquilízate, ellos tienen el sueño pesado. – Sonrió. –
Nunca duermo en mi casa a este paso...
Acepté finalmente, no sin antes avisar a mis padres, que estaban de acuerdo. No tardamos nada en llegar a su casa, ya que nos dirigíamos en moto.
Al entrar pudimos escuchar el ruido de la televisión, seguramente era Emma.
— Ven, puedo dejar. – Mikey no acabó la frase. –
Emma y su abuelo salieron de el salón a recibirnos, su abuelo me miró sonriendo. Aún me acuerdo de él, cuando yo y Emma éramos pequeñas solíamos verlo mucho cuando salía al jardín.
— ¿T/n? – Habló la rubia. –
— Buenas, muchachos. – Saludó su abuelo sonriendo. –
Ambos saludamos con la mano, para después pasar. Su abuelo no paraba de preguntar si necesitábamos algo, agradecía su amabilidad. Fuimos a su habitación, él sugerió que jugaramos en su ordenador, lo que yo acepté.