Capítulo 17.

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Anthonella.

Estábamos todos en la isla de la cocina mientras mirábamos el enorme plano que había dibujado mi madre.

- Me cuesta creer que todo este tiempo he convivido con la hija de un mafioso. - Dice Kaila mirando a mi padre.

- No soy un mafioso cariño, soy uno de los narcotraficantes más buscados de todo el mundo.

- ¿ No es lo mismo?. -Pregunta Matt.

- No, narcotraficante suena más formal.

Los dos rieron y mi padre volvió a centrarse en el mapa.

- Este lugar es enorme. O hacemos un plan demasiado ingenioso o desear que la improvisación salga bien. -Dije trazando contornos con el lápiz en la hoja.

- Un plan sería mejor. -Dice mamá.

- Si llegamos de imprevisto a disparar lo loco los tomamos por sorpresa y sería mejor. -Propone mi padre.

- Si me hubieras avisado antes me hubiese dado tiempo a pensar en un plan. -Digo golpeando a mi padre en el brazo.

- ¿ Ya vas a empezar otra vez?.

- Yo nunca acabé papá. Solamente te di un poco de tregua.

- Eres tan infantil.

- Y tú tan imbécil.

- Más respeto que soy tu papá.

- Mis rispitis qui soi ti pipi.-Refuté y lo volví a golpear.

Kaila se rió en desde su lugar y me guiñó un ojo.

- Ese lugar debe estar custodiado por todas partes. Aunque logremos disparar a todos los que estén fuera, Julián escucharía los disparos y eso podría perjudicarnos. -Advertí señalando las afueras del local.

- Si actuamos rápido, no será complicado. Ellos ni siquiera nos esperan ahí.

- Podríamos arriesgarnos. -Supuse mirando a mi padre.

- Ya llegaron las municiones, bien que podríamos...

- ¿ Ya llegaron las municiones?.

- Si... - Dijo mientras se escondía detrás de mi madre.

- Y al parecer no pensabas decirme...

- Estaba esperando que decidieras que hacer con el ataque y...

Volví a sacar la pistola de mi cinturón y lo apunté de nuevo.

- Me dan unas ganas de mandarte a hacerle compañía a Diago y a Matteo papá.

- Sin mí no podrás hacer la emboscada...

En cierto.

- ¿ Qué tipos de municiones hay?. -Digo volviendo al tema.

- Pistolas, granadas, fusiles, alguna que otra ametralladora pesada, chalecos antibalas y grabadoras de sonido.

- ¿ Grabadoras de sonido?.

- Si, nunca sabes para que puedan servir pero siempre pueden ser útiles.

- Salgamos ahora.

- Pero...

- ¡ Ahora dije y el que me cuestione algo lo picaré y pedazos y lo mandaré de comida para las vacas!

Matt tragó fuerte y Kaila me miró sorprendida.

Todos se pusieron en acción recogiendo el plano y preparando la salida.

- Mamá dile a los guarda-matones que preparen los autos. Kaila y Matt, preparen las municiones para los guarda-matones y les tocará esperar hasta que volvamos. Y tú papá ponte un chaleco antibalas para por si acaso me da por dispararte en el camino. Adiós...

Stein ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora