Capítulo 21.

25 7 3
                                    

La insoportable luz blanca me impide  abrir mis ojos completamente.

Y un dolor en mi brazo derecho me hace soltar un gruñido.

Siento pitidos y muchos cables rodeando mi otro brazo.

Mi cabeza palpita a más no poder.

Creo que me morí.

¿ Es eso?.

– No, aún estás viva.

Mi mamá, es la voz de mi mamá.

– Vamos cariño, abre los ojos.

Se cree que soy imbécil, estoy tratando de abrir los ojos pero no puedo.

– Ésta niña hasta media muerta es insoportable.

Ese es mi papá. Dios lo extrañé.

– Deja de hablar en voz alta, voy a pensar que me quieres de verdad.

Poco se poco voy abriendo los ojos hasta que me acostumbro a la luz del lugar.

– Hola...

Mi voz suena gruesa y me duele mucho la garganta al hablar.

Mi mamá me abraza y luego se une mi padre a un abrazo un poco torpe.

Tengo algo de recuerdos de lo que pasó.

Yo estando algo ebria a punto de... morir.

Y Chris...

– ¿ Dónde está Chris?.

– Él está bien, está en la habitación de al lado. Algunas fracturas pero todo bien.

Dios, podríamos haber muerto.

Todo por mi culpa.

Todo por una maldita ruptura de algo que ni siquiera tuvo un nombre.

Mi papá se acerca a mi y toma mi mano.

– Llevas una semana dormida por la medicación. Pero está todo bien en ti, solo tienes unas fracturas. — Mi papá se acerca más mientras me habla.

Ahora mi madre viene por el otro lado y toma mi otra mano.

– Hija, tenemos algo que decirte, se que es un poco pronto pero...

– ¿ Es sobre el viaje a Alemania ?.

– Si, con respecto a eso...

– ¿ Aún no ha despertado?.

El mundo se paraliza.

No me atrevo a mirar a la puerta por temor a lo que acabo de oír.

Esa voz...

Esa voz que me calmó por tantas noches.

Esa voz que he extrañado tanto.

Stein ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora