Capítulo 8.

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Cuando Anthonella pronunció el nombre todos mis músculos se helaron.

Esto tiene que ser imposible...

¿ Cómo es posible qué... ?.

Camilo Frederick...

¿ Mi hermano ?.

Anthonella debió darse cuenta de mi reacción porque hace un rato me mira con mala cara.

– ¿ Pasó algo ?.

Los pocos momentos que recuerdo de mi hermano se muestran en mi mente como un caleidoscopio.

Mi padre diciéndome que tengo un hermano, yo sin entender porqué no conocía a ese hermano, yo con diez años entendiendo que había sido una infidelidad, yo perdiendo contacto con mi hermano...

Mi padre simplemente llegó un día y me presentó a mi hermano.

Admito que nunca tuvimos una gran relación.

A veces éramos como extraños o algo así.

Camilo solo venía los veranos. Porque lo demás lo pasaba en otro país con su madre.

La madre de Camilo... no conozco a esa mujer. Son tantas dudas...

Pero si ese Camilo, es mi hermano, y es el hijo de un narcotraficante quiere decir que...

¡ No es posible !.

Mi padre no...

Trato de rememorar cada momento, cada detalle que me ha pasado entre nosotros.

Perdí la confianza con mi padre cuando descubrí que le había sido infiel a mi mamá y que por culpa de eso  ella... se había quitado la vida.

Dios mío, es demasiada información la que está procesando mi cabeza ahora mismo.

– ¡ Stein !.

Antho me saca de mi lapso de pensamientos.

– Llevo diez minutos hablando sola. ¿ Que sucede ?.

¿ Le digo ?.

¿ Qué hago ?.

Si le digo algo a Anthonella ahora mismo sin tener pruebas me podría matar incluso a mí.

Trato de cambiar la cara y la miro.

– Es solo que... no he comido nada hoy y me encuentro algo mareado. — Mentí.

– Dios, me asustaste.

Quiero cambiar el tema pero no puedo hacerlo abruptamente. Podría sospechar o pensar que no le doy importancia a lo que me dice.

Así que tomo su rostro en mis manos y pongo la mala situación a mi favor.

– Yo sería incapaz de hacerte daño.

Lame sus labios...

Deseo tanto besarla. Pero lo menos que quiero ahora mismo es incomodarla.

Le doy un abrazo reconfortante. Ella está tan cálida que siento que puedo quedarme abrazando su cuerpo por toda una vida.

– Hay algo más Stein...

Me separo de ella solamente para ver algo que no me gusta para nada... lágrimas en sus ojos.

– ¿ Qué sucede?.

– Esto es algo que ni siquiera lo saben mis papás no Jacob.

– ¿ Qué pasa Anthonella ?.

Dejó caer unas lágrimas y luego suspiró.

– Camilo me violó...

Las palabras se clavaron en mi cabeza como su fuesen dagas.

Stein ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora