Stein ✅

Capítulo 15.

Desconocido.

Ser el segundo plato en el amor se queda corto al ser el segundo plato en la vida.

¿ Entiendes ?.

No hay nada más humillante que ser idéntica a otra persona y aún así ser menos que ella.

Me explico.

Soy Katy, melliza de Kate.

Ella de alguna forma ha logrado ser mejor que yo en todo.

Somos iguales físicamente y aún así ella es más linda que yo.

Todos la adoran, todos la aman y todos mueren por ella.

Mis padres piensan que no me doy cuenta, pero se que la quieren más que a mí.

Se que si yo dejase de existir no lo sentirían.

Si, humillante como lo dije.

Mi hermana es el prototipo perfecto de chica. Y yo solo soy la hermana de ese prototipo perfecto.

Hoy es nuestro cumpleaños número diecisiete.

Mis padres han organizado un festón solo por eso... o más bien, solo por ella.

Yo no tengo amigos a quien invitar.

Y ella los tiene a todos, incluso al chico que me gusta.

Se que sabía que me gustaba Ulises, pero eso no le importó. Como nada le importa a ella.

Salí de mi casa corriendo mientras mis padres recibían a los invitados.

Me encontraba en las puertas de la mejor disco de toda la ciudad.

Con todo lo que había reunido me alcanzaba para la entrada VIP.

Comencé a beber desesperadamente. Sin sentir un solo efecto del alcohol en mi sistema.

Estaba a punto de pararme a bailar cuando un chico muy apuesto se me acercó.

– Hola, hermosa.

Puse una mueca de asco y me preparé para ver su rostro de decepción al ver que yo no era la melliza correcta.

– Hola, guapo. Lamento decirte que te equivocaste de hermana.

– No, Katy. Se perfectamente que hermana es la que quiero.

Dijo mi nombre remarcando cada letra, haciéndome notar de que realmente no estaba equivocado.

Me llevó a la pista de baile y pegó su cuerpo al mío.

Nunca había tenido una experiencia parecida con un chico.

La mayoría del tiempo se acercaban a mí porque me confundían o porque querían contactar con mi hermana a través de mí.

Si, ya se. Una vida llena de emociones.

Adam, el chico; me llevó hacia los baños. Y pasamos de estar abrazados a besarnos como si no hubiese un mañana.

Se sentía raro y muy bien a la vez.

– Tengo una idea. -Dijo Adam entre besos.

De su bolsillo sacó una pequeña bolsa con un polvo blanco.

– Todo será más divertido.

Era mi cumpleaños... me merezco un poco de diversión.

Consumí el polvo blanco sin saber muy bien de lo que se trataba. Pero después de eso me sentí volar.