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Ángeles y demonios

Estos seres de los que te hablaré, llevaban más de 1000 años ayudándose, consintiéndose uno al otro, sabiendo que estaba mal, pero queriendo arriesgarse por el otro. Pero cuando sus superiores se enteraron, decidieron destinarlos en sitios distintos.

Y tú querido lector, seguro que te estás preguntando de qué clase de seres puede que este lobo loco te esté hablando. Pues voy a disipar tus dudas.

Esta historia trata de un ángel y un demonio. Para que entiendas un poco, el ángel tiene alas blancas y el demonio, alas negras, pero nunca las muestran, pues están mezclados entre los humanos con la misión de que el apocalipsis no se produzca cuando el anticristo sea creado.

Ángel y demonio se tienen mucho cariño desde los inicios del mundo, pues lo vivieron juntos, el demonio siempre buscaba tentar al ángel pero este no se dejaba, al igual que el ángel intentaba que el demonio hiciera cosas buenas, pero ninguno conseguía cambiar las acciones del otro.

Eran amigos, amantes, y a la vez enemigos, pero su química no podía ser resistida, pues.. aquí viene lo realmente importante.

El demonio de alas negras, era un ángel caído, procedía del cielo donde era amante de su ángel pero fue expulsado del cielo por desobedecer los mandatos de Dios, alegando que él había sido el que había hecho que su amante se dejara llevar por la lujuria.

Una vez caído del cielo, era un simple mortal, pero un demonio se le apareció ofreciéndole convertirse en demonio, él no se lo pensó dos veces, con tal de tener una remota posibilidad de volver a ver a su amor.

Años más tarde, en Egipcio se vieron, ángel y demonio, sus ojos se reconocieron y acordaron que actuarían de manera que pudieran estar juntos, ángel siendo bueno, demonio haciendo cosas malas, pero ni él ángel fue tan bueno ni el demonio tan malo, con el paso del tiempo, uno había cambiado aspectos del otro y viceversa.

Fue cuando actuaron ángel como demonio, y demonio como ángel, que sus superiores se dieron cuenta y los desterraron del país donde se encontraban, a uno lo mandaron al norte y a otro al sur.

Las últimas palabras que se dijeron cuando supieron las sentencias fueron: "hasta que nos volvamos a encontrar". Y así, los dos amantes, se despidieron sin saber si volverían a verse.