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Caminé hasta el lugar de los dioses, buscando a alguno que me diera la respuesta... Pronto, me encontré con uno. Me miró y saco su extraña lengua. -- Que sinvergüenza eres, Valkiria. -- dijo Loki, dios de los engaños -- Vienes aquí, con mucha confianza... No temes castigo? -- Los dioses me dieron mí libertad, ya vencí a Cerbero junto a mí humano asignado. -- le respondí firmemente -- Busco a alguien que conozca sobre mi origen. No soy una Valkiria normal. -- Quizás... Zeus, pero con el jamás podrías hablar, ni siquiera te vería a los ojos...-- pensó Loki en voz alta-- Para serte sincero, ninguno de los dioses te va a ayudar. Pobrecita Valkiria, solita y odiada por todos los dioses. Loki se fue, soltando una risa y burlándose de mí situación. Iba a regresar... Los dioses jamás me ayudarían... Loki tenía razón... Pero decidí seguir recorriendo el lugar... Tenía que haber uno que si desee ayudarme... Lo recordé... Y caminé un poco más... Llegué a la sala vip de los dioses, y usé una capa oscura para no llamar mucho la atención... -- Podría hablar con usted un momento?-- le susurré suavemente al oído-- Es sobre algo que pasó en mí batalla en el Helheim. -- Oh, eres tú... Felicitaciones por tu victoria.-- me sonrió -- Vamos a un lugar más privado. Ambos fuimos hasta una pequeña sala reservada para dioses, estábamos solos. -- Tiene información sobre mí origen?-- le pregunté-- Tengo derecho a saberlo, y creo que usted no me odia tanto como los demás dioses... -- Sí... Podría ayudarte... Pero a cambio...? -- Tengo muchas uvas griegas... -- le interrumpí-- Y el vino más exquisito de los griegos. -- Eso no es suficiente.-- respondió con una sonrisa sarcástica-- Tu sabes lo que quiero...
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-- No, no sé...-- le respondí tímidamente -- Si me lo dice, quizás se lo pueda ofrecer... Señor Shiva. -- Quiero que seas mi cuarta esposa. -- afirmó sin ninguna vergüenza -- -- No! Supongo que la conversación acabo, adiós señor Shiva... Shiva me detuvo con uno de sus seis brazos... -- Ah... Esta bien, te lo diré. -- suspiró Shiva-- Eres una Valkiria de naturaleza impura, y la impureza en la Valkiria significa que es capaz de usar el poder del desequilibrio divino: Cuando te transformas en arma divina, tienes acceso a todas las armas divinas de las Valkirias actuales y antiguas, pero usarlo es demasiado impuro y desequilibrado, si lo usas, los dioses nunca te dejarán tranquila, rojita. -- Porqué no me dejarían tranquila? A qué te refieres? -- Amor... Te convertirias poco a poco en la Valkiria de la Venganza. Y en resumen... Serás una de las pocas armas divinas definitivas para las guerras, los dioses buscarán secuestrarte y usarte... Lo llaman "equilibrio de poder". Es un "derecho de los dioses". Adiós a tu libertad. -- Pero, señor Shiva... Eso es injusto, me han prometido la libertad plena! Ya gane mí batalla, hasta el mismísimo Zeus y demás dioses lo aceptaron. Soy completamente libre. -- Serás nada más que un objeto poderoso, o un trofeo de guerra para ellos, si decides usar ese poder impuro... -- Ya he sido su objeto, apenas conseguí mí libertad... Y podrían quitarmela... Que horrible destino. Shiva me miró de pies a cabeza, y me extendió una de sus manos...
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-- Si te casas conmigo, te daré mucho amor, regalos, y te cuidaré de los demás dioses. Serás tan libre como desees, pero siendo mi cuarta esposa. Mis mejillas se calentaron, me sentía muy halagada... Pero no deseaba eso. Enrojecida, le respondí... -- Oh, claro que no... Gracias señor Shiva. Le agradezco mucho sus explicaciones, sé que... Usted tuvo mucha compasión al contarme todo esto... Y ... Me acerque a Shiva, y le dí un rápido beso en la mejilla. Después, me despedí rápido y me fui corriendo de regreso con mis hermanas Valkirias. Era un caos...! Vi a Jack con una mirada que daba miedo... Y mis hermanas estaban discutiendo mucho...
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