Los Gemelos Traviesos de Kaigaku. || KᴏᴋᴜKᴀɪ.

ᑕᗩᑭITᑌᒪO 3.

Otro dia mas, Kaigaku froto sus ojos mientras al alarma del reloj resonaba por toda la habitación. Muichiro y Yuichiro llevaban dos semanas sin hablarle, ¿Estarían enojados con el?, pff, el es que el debería estar enojado con ellos, pero no le daba importancia alguna, ya que, cuando el era pequeño era un tanto rebelde con su madre, aunque, con todo y las peleas entre ellos dos, siempre se terminaban disculpando.

Bostezo y se sentó en la cama, llevo sus manos a su cabello echándolo hacia atrás. Con pesadez se levantó de la cama y fue hacia el baño, se observó en el espejo viendo las ojeras debajo de sus ojos, suspiro. Estaba cansado, el trabajo era un poco más agotador, pero ese no era lo que causaba su cansancio, sino Muichiro y Yuichiro, no eran sus pesadas bromas en la escuela ni nada de eso, sino que como no le hablaban a Kaigaku creían que ya eran lo suficientemente maduros como para cuidarse solos, y gracias a eso, querían cocinar su propia comida y terminaban ocasionando un desastre, el cual, Kaigaku limpiaba, luego quieren lavar su propia ropa y de nuevo volvían a ocasionar desastre el cual Kaigaku debía limpiar y así eran todos los días, volvió a suspirar y empezó a quitar su ropa para darse un baño.

Salió de la habitación ya bañado y con su ropa habitual de ir al trabajo, camino hacia la habitación de Muichiro y Yuichiro escuchando las voces de ambos, abrió un poco la puerta y los vio a ambos discutiendo por... ¿Un zapato?, ¿De nuevo?. Negó y abrió completamente la puerta acercándose a ambos pequeños y se arrodillo a un lado de ellos y agarró el zapato entre su mano y se lo entregó a Muichiro, ese era el zapato que le pertenecia a Muichiro, ellos no le dirigieron la palabra y se terminaron de cambiar, se levantó y salió de la habitación y bajó las escaleras de la casa yendo hacia la cocina para empezar a preparar el desayuno. En cuanto el desayuno y estuvo listo Muichiro y Yuichiro bajaron las escaleras y observaron como Kaigaku dejaba el desayuno en la mesa, se les hizo agua la boca al ver tan delicioso desayuno, se sentaron lo más rápido posible en la mesa y empezaron a comer, y en un dos por tres ya no había nada en el plato de Muichiro y Yuichiro. Kaigaku sonrio y tambien termino de comer, se levantó de su lugar para recoger los platos, pero Muichiro y Yuichiro fueron mas rapidos y los recogieron y lavaron, solo sonrio y fue a la sala y agarró su respectiva mochila junto a las de Muichiro y Yuichiro y los espero en la entrada de la casa, ambos pequeños no tardaron en salir de casa, les extendió las mochilas y les hizo una seña de que se dirigieran al auto mientras el cerraba la casa.

Condujo hacia la escuela de Muichiro y Yuichiro, no tardaron en llegar, el primero en bajar del auto fue Kaigaku seguido de ambos pequeños. Ellos caminaron hacia la escuela, pero pararon su andar y se dieron la vuelta corriendo hacia a Kaigaku abrazandolo, Kaigaku solo sonrio y acaricio la cabeza de ambos, se despidieron, Kaigaku volvio al auto y empezo a conducir hacia el trabajo. Al llegar, el lugar estaba algo desierto, saludo a la chica de la recepción agitando su mano y fue a su lugar de trabajo, le sorprendio no ver a Daki y a Gyutaro en sus respectivos lugares de trabajo, la chica de recepción se acercó a él y le dijo que le jefe lo estaba esperando en su oficina, el solo asintió se quitó el saco del traje y se levantó de su lugar caminando hacia la oficina de Michikatsu, «" ¿Se habrán muerto todos? "», pensó al no ver a casi nadie en el lugar, sostuvo con su mano la perilla de la puerta y la giro abriendola, vio a Michikatsu cerca de la gran ventana de su oficina mientras revisaba una carpeta con unos papeles.

— Mmm... Buenos dias. —Saludo viendo a Michikatsu el cual al escucharlo cerró la carpeta y lo volteo a ver.

— Buenos dias. —Saludo también Michikatsu caminando hacia  su escritorio dejando la carpeta sobre este.

— ¿Por que no hay casi nadie hoy?. —Pregunto repentinamente.

— ¿No te lo han dicho?. —Dijo Michikatsu viéndolo y Kaigaku negó— Se han enfermado, están tan mal que no pueden siquiera levantarse de la cama, ya que, todos aca organizaron una fiesta el lunes y por casualidad la mayoría se enfermo y no pudieron venir a trabajar. —Respondió haciendo que Kaigaku se sorprendiera un poco para luego escucharlo reír.