Cuando Zack le puso el sándwich en las manos, puso mala cara, pensando que él todavía, a pesar de toda la charla, quería obligarla a comer. Pero en realidad se refería a otra cosa:
—Si vas a hacerme un cuerpo, vivo, creo que al menos tienes que practicar en crear algo orgánico, aunque ya esté muerto —señaló, refiriéndose a la carne del sándwich. Zoey arrugó la nariz y alzó el emparedado en el aire, para verlo bien. Claro, decirlo sonaba bien fácil; hacerlo... no tanto.
—No sé hacerlo...
—Si el poder del dije es ilimitado... —dijo Zack— tienes que practicar. Aún sin el arca o sin cosas que nos ayuden a vencer a Peat, lo que sí tenemos son tus poderes. Tienes que prepararte para ello, ¿lo sabes, verdad?
Zoey tragó saliva. Tenía razón, toda la razón, y eso la aterraba bastante.
—No soy tan buena —contestó.
—Has mejorado muchísimo solo en días, Zo.
Lo había hecho, pero Peat también se había recuperado a la velocidad de la luz y su fuerza y poderes eran cada vez más increíbles. Si bien el dije podía ser más que él, ya que por algo Peat lo quería, ella no tenía aún la capacidad para llevar a cabo tales hazañas.
Como se quedó callada, Zack le puso las manos en los hombros, se estiró para darle un corto beso en los labios y le sonrió.
—Practica con esto, así tendrás comida suficiente. Luego, practicaremos que crees una bolsa de dormir y todo lo que olvidamos en el cementerio. Entonces, este sitio destruido será nuestro campo de entrenamiento, de batalla. Aprenderás a pelear.
La inseguridad que sentía se sumó a su imaginación, en la que se vio a sí misma peleando como una guerrera Kung Fu, algo así como Tigresa en Kung Fu Panda. Nada muy real y posible, por lo que empezó a reírse sola.
—Yo no puedo hacer eso —replicó, dando manotazos en el aire con el otro brazo, el que no sostenía el sándwich.
Zack puso los ojos en blanco y se levantó.
—Vamos a ver si no puedes.
Mientras ella seguía riéndose en el suelo, dando cuenta del terrible humor cambiante que tenía ese día, él se puso de pie y empezó a limpiar la habitación, corriendo los escombros del suelo hacia los costados, contra las paredes. En un rato había despejado el cuarto, que quizás había sido para dormir en algún momento, y al menos ya uno podía transitar mejor por allí.
Zoey congeló el otro sándwich y a pesar de lo ridículo que sonaba aprender a pelear, sí se puso a practicar crear comida. Sin embargo, no logró absolutamente nada y terminó acurrucándose en el suelo, ahora limpio, cuando le entró el sueño otra vez.
Al día siguiente, Zack la despertó para recomendarle que siguiera practicando porque Cranium había declaro que el siguiente portal estaba en la ciudadela, mucho más allá del reino.
—¿Y eso qué significa? ¿Ciudadela? —preguntó ella, dándole un par de mordidas al emparedado, pero controlándose—. ¿De verdad está tan lejos?
—Creo que sí, porque Cranium me señaló un punto en la lejanía desde el balcón del trono.
—Tendríamos que ir moviéndonos hacia allá, no quedarnos aquí, ¿sabes? Si está lejos, mientras practico, podríamos ir avanzando —sugirió ella. Zack ladeó la cabeza, pensativo y terminó aceptando su sugerencia, justo cuando salía al pasillo para llamar a Cranium que había salido a husmear—. Aunque deberías ir al vestíbulo, a ver la estatua y eso que dice ahí.
Él se giró hacia ella.
—¿La estatua?
—Tiene una leyenda. Está destruida, pero puede leerse. Parece un nombre —contestó Zoey, mirando de arriba abajo la comida, tratando de captar su esencia para poder realizar una mejor labor. Se imaginó una perfecta copia apareciendo sobre su regazo e incluso deliró un poco sobre los ingredientes. Más que jamón suizo, pensó en bondiola. O lomo ahumado. El hambre la llevó a cambiar el fiambre por una milanesa con lechuga y tomate.
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El arca [El dije #3] (MUESTRA)
FantasiZoey dejó su vida atrás. Debió huir y abandonar a su familia, a sus amigos y todo aquello que alguna vez conoció; un ser maligno e inmortal la persigue para asesinarla y para robar sus poderes, por lo que encontrar las respuestas a los misterios del...