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▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭ ꒰🌼꒱ ▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭𝅼

Takemichi hizo una mueca cuando el alfa delante suyo nuevamente negó.

¡Oh vamos!, hace una hora que Mikey se había ido y por alguna absurda razón le había encargado a uno de sus guardaespaldas que cuide del omega.

¡Takemichi no necesitaba que nadie lo cuidara!, él es un omega grande y nadie tiene que prohibirle salir de su habitación.

—Ya Shion, prometo no decirle nada a Mikey.

—No te dejaré salir, Takemichi.

—¡Pero sólo quiero ir a comprar dulces!

—El jefe me ordenó-

—No me importa lo que ese alfa tonto te dijo —El omega dijo, su bonita carita mostraba claro enojo— Si no me dejas salir le diré a Mikey que te despida.

Shion alzó una ceja.

—¿Y cómo harás eso?, yo sólo estoy cumpliendo con mi trabajo.

—Le diré que quisiste sobrepasarte conmigo.

El alfa rió.

—Por favor, nadie puede creer esa tontería.

—Soy un buen actor.

—Ajá.

—Si quieres no me creas, es tu trasero el que está en juego —Movió sus manos en despreocupación— Supongo que ya sabes lo celoso que es mi alfa, la otra vez fui a visitarlo y un alfa me silbó, no fue la gran cosa pero ya no volví a verlo más.

Shion pasó saliva.

Él recordaba los rumores que se corrían por el grupo, aquél que contaba que Manjiro mató al mejor de los técnicos sólo por silbarle a su omega.

—P-podríamos ir por unos dulces, pero iré contigo.

Takemichi sonrió.

—¡Genial!

Y sin dar más vueltas, el omega tomó su billetera y junto al alfa se fueron a la tienda de dulces.

▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭ ꒰🌼꒱ ▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭𝅼

EL OMEGA DE UN MAFIOSO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora