EL OMEGA DE UN MAFIOSO

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Manjiro miró fijamente el rasguño en la bonita mejilla de su novio. Siendo sinceros, él no lo había notado al principio, ni siquiera pudo prestarle mucha atención a su hermoso omega porque había vuelto totalmente exhausto, pero Takemichi fue quien le preguntó si su marca se notaba mucho o no.

Entonces ahí estaba Shion, rezando desesperadamente bajo la atenta mirada de su jefe.

—¿Puedes tranquilizarte? No voy a matarte.

Entonces el alfa menor se sintió realmente aliviado.

—Muchas gracias señor, en verdad no fue mi intención y-

—Pero —El menor se paralizó— La próxima que te diga que no salgan, no salgan, entiendo que Takemichi puede ser manipulador y todo, pero yo soy tu jefe, al menos que sea altamente necesario, Takemichi se queda dentro de la casa.

Tras un suspiro de alivio, el menor asintió.

—Lo entiendo señor.

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Al día siguiente Takemichi estaba bastante callado lo cual preocupó un poco al alfa de lobo, porque Takemichi siempre hablaba, sea de cualquier cosa, pero él siempre estaba hablando

—¿Sucede algo mi amor?

El omega miró a su alfa por unos segundos hasta que nuevamente agachó la mirada.

—No.

—Mh, no te creo.

Con un suspiro de derrota, Takemichi miró al mayor y dudoso dejó salir aquello que tanto lo estaba atormentando.

—¿Por qué no me marcas?

Y entonces miró sorprendido al ojiazul. Dejó de lado el desayuno y se levantó de la silla, caminó hasta quedar al lado de su pareja y se arrodilló a su lado.

—Ya hablamos de esto cariño —Con cuidado acarició la mejilla del omega— Sabes porqué no lo hago.

—Estamos juntos desde hace cuatro años, no te pasó nada y sé que tampoco te pasará nada.

—No puedes asegurar eso mi amor, mi trabajo es peligroso.

—Pero tienes un gran equipo que te cuida.

El alfa temió cuando la primera lágrima apareció en el omega, no dudó en secarla y acariciar su cabello.

—No llores Michi.

—Entiendo que tengas miedo de que algo te pase y lastimarme por medio del lazo, pero eso no pasará, por favor Mikey.

—Amor.

—Yo soy un omega fuerte, si algo llegara a suceder yo lucharé, nada me pasará, nada nos pasará a ninguno.

—Tak-

—Ya lo sé —Con cuidado el menor quitó la mano del alfa de su rostro— Está bien, lo entenderé, era de esperarse, si no lo hiciste hace dos años cuando me lo prometiste era obvio que no lo harías ahora —Su voz salió triste, en un susurro—No tengo hambre, me iré a dormir.

—Michi.

Takemichi lo ignoró y se puso de pie. Estaba dolido y su omega se sentía rechazado, sabía que no era un buen estado para seguir hablando con Manjiro porque iba a decirle cosas hirientes y él cree que ya es mucho con la charla que tuvieron.

—Tú ve a tu trabajo, por favor vuelve a salvo

Y sin más que decir se fue a su habitación, encerrándose solo mientras se desahogaba con la cara en la almohada.

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