Capítulo 16

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Intento abrir los ojos, que están pegajosos de dormir tanto tiempo. La luz que inunda la habitación me deslumbra, y parpadeo, intentando enfocar la mirada sobre algo. Alguien roza mi brazo suavemente, y al torcer la cabeza, me encuentro con los ojos cansados de Roman. Sus manos estaban cubiertas con vendajes envolviendo sus nudillos y su rostro, tenía una cicatriz en la mejilla, con un tono rosado.

-... ¿me oyes?- me preguntó. Intenté asimilar lo que me decía, y por fin pude entender.- Amor, ¿me oyes?

Tragué saliva y asentí. Roman estiró la mano y cogió un vaso de la mesilla. Lo colocó sobre mis labios y bebí, agradecida. Cuando pude hablar, le pregunté:

-¿Qué....ha pasado?

-Te raptaron, cariño.- sus ojos se oscurecieron más, si era posible.-Tienes el brazo y un par de costillas rotas, así como una conmoción en la cabeza. ¿Cómo te sientes?

-Extraña.- miré sus manos vendadas.- ¿Y tú?

-Me dejé los nudillos rompiéndole cada hueso del cuerpo a ese desgraciado. Yo...no pude controlarme al verte en ese estado.

Acarició mi mejilla suavemente, y yo me derretí con su contacto.

-¿Cuánto hace de eso?

-Unas dos semanas.

-¿Llevo dormida tanto tiempo?- no era posible, no recordaba haber dormido tanto tiempo, apenas fueron un par de días, ¿verdad?

-Estabas en coma, amor. El doctor de la manada venía a verte cada día, pero no había nada que pudiera hacer para sacarte del coma. Sentía tu mente, atrapada sin poder moverse, llamándome a gritos.- su voz flaqueó y se detuvo, sus ojos llameando.- No voy a volver a dejarte sola.

No fue culpa tuya, Roman. Como ángel, debería haberme defendido mejor.

-Ya no eres un ángel, eres mi Luna, y como tal, te protegeré hasta que muera.

Sonreí, agotada. Estiré el brazo y pasé mis dedos entre su cabello revuelto y sin peinar. Tenía sombras bajo los ojos de no poder dormir, que le daban a su hermoso rostro un toque enfermo. Puse mi mano sobre su frente, más caliente de lo normal y mis ojos se llenaron de lágrimas.

Él no había descansado en ningún momento, velando por mi.

Tiré de su camiseta hacia mí y él se tumbó a mi lado, intentando no dañar mi cuerpo roto. Me coloqué de forma que no me doliesen las costillas y apoyé la cabeza en mi mano. Observé su rostro cansado y sus ojos, de nuevo del color de la miel, que se iban cerrando a momentos.

Enredé los dedos en su cabello negro y él ronroneó.

-Duerme, mi Alpha.- susurré. Besé la comisura de sus labios y su mejilla. Roman enterró la cabeza en mi cuello y aspiró mi aroma, cerrando los ojos. A los pocos segundos, sentí su respiración pausada en mi cuello.



Poco a poco, fui capaz de volver a moverme sin ayuda, pero sentía que todavía mi cuerpo no estaba de todo sanado. 

Después de vestirme, bajé por las escaleras lentamente, agarrada a la barandilla. Roman había salido, tenía cosas que hacer en la manada. Sabía que los lobos habían salido a cazar, y no había nadie en la casa en este momento. Roman no me dejaba salir sola, a pesar de que le había dicho miles de veces que necesitaba volver a practicar con el arco, que no podía protegerme siempre.

En la esquina del sofá, está mi arco. Lo recojo con el brazo roto, siento que no tiene fuerza y eso me enfada.

Salgo de la casa con paso decidido y echo a correr hacia el bosque.  Las hojas del sauce se empezaban a caer con el viento y la época y creaba un manto en el suelo de hojas verdes y naranjas que crujieron al pisarlas.

Saqué el arco, preparé una flecha y... fallé. Mi brazo derecho no tenía fuerza suficiente como para tensar la cuerda. Se me agarrotaba por momentos y el moratón que me había dejado tras la rotura se ponía más amarillo.

Volví a preparar mi flecha, pero el brazo me tembló y se desvió de nuevo. Maldije, tenía que funcionar, no podía estar siempre indefensa. No quería ni imaginar lo que dirían mis padres si me viesen en ese estado.

Entonces, a mi espalda, las hojas crujieron y al girarme, me encontré con un lobo gris.

-Calum... yo...

Me habían pillado.

"Perdone, Luna, pero tengo que hacerlo"

-¡No!

-¡Dalía!- oí el rugido de Roman por todo el bosque y Calum se desvaneció entre la maleza con velocidad.

-Maldita sea, lobo.- gruñí, como se notaba que era un ángel. Bajé el arco y esperé hasta que Roman me encontrase.

A los pocos segundos, apareció Roman echó una furia, semi desnudo, con los ojos negros como el carbón. Agarró mi mano buena y tiró, más bien me arrastró, de vuelta a la mansión.


Cerró la puerta de nuestra habitación con un portazo y me soltó. Agarró de mis manos el arco y las flechas y las tiró al suelo.

-Cuidado con ellas, son valiosas.- le dije, intentando encontrar un lugar por el que escabullirme. 

-¿¡No te dije que no podías salir sin mi!?- rugió, sus ojos negros se clavaron en mi.

Me encogí, pero le sostuve la mirada.

-Soy mayor para salir a entrenar sola.

-No lo eras hace poco.- gruñó.

-Roman...

-NO, no sabes lo que pasé yo sin ti. ¿Quieres hacer que vuelva a pasar por ello?

-Roman, soy adulta y soy una persona libre para hacer lo que quiera.

-Tú eres MÍA.

-No lo seré si sigues así.

Roman empujó mi cuerpo hacia atrás, contra la cama y unió sus labios furiosamente a los míos. Caímos sobre la cama, con los cuerpos pegados, su cálida piel contra mi cuerpo parecía fuego.

Enredé los dedos en su pelo suave y él se apretó contra mí. Mis piernas se enredaron en su cintura cuando sus labios besaron mi cuello, sobre la anterior marca.

Entonces, alzó la cabeza y me miró.

-¿Qué ocurre?- le pregunté.

Sus dedos rozaron mi cuello y me estremecí.

-La marca no está.

-El vampiro me mordió, creo.

Sus ojos negros me taladraron. Rocé suavemente mis labios en su mandíbula.

-No pasa nada.

Moví mi cuerpo contra su masculinidad, y él gimió.

-No tan rápido, gatita.

Bajó la cabeza de nuevo a mi cuello y lo mordió. Alcé la barbilla para darle mejor acceso, con un gemido involuntario, y fue cuando comprendí que estaba completamente a su merced.

Hicieran lo que hicieran para separarnos, él siempre me encontraría, estuviera donde estuviera.

Nuestro destino no era normal, pero sí único.


Hola a todos/as!

¿Que tal estáis?

Yo hasta las narices de instituto y eso que acabo de empezar.

Bueno, espero que os guste, votad y comentad.

Besos <3

























Fallen AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora