¹⁴ | 𝓓𝓪𝓲𝓪𝓷𝓪

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El rostro de Lelio vino a la mente impacible de Benela en cuestión de segundos. El recuerdo claro era algo inevitable de atesorar para ella teniendo en cuenta que amaba las cosas hermosas, con la misma intensidad que un cuervo ama todo lo que brilla.

En este caso particular había una pequeña diferencia que marcaba un límite entre la admiración que sentía hacia el príncipe depuesto; y esa diferencia era el extravagante título que se le había otorgado.

' ¿Concubino imperial? ¿Que carajos es eso? '

Cuando escucho el anuncio en el gran banquete no fue la única desconcertada ante el título. Su carmesin mirada viajo desde sus hijos hasta la emperatriz y la tonta de Cryna, quienes parecían tan confundidas cómo ella, pero que no intercambiaron palabra alguna al respecto y con una cortes sonrisa prosiguieron a halabar la decisión del monarca.

Aunque en realidad nadie podía culparlas.

La última persona que portó tal título era consorte de la familia imperial de Arbezela de hace docientos años. Una plebeya tenía entendido que era, pero los registros sobre ella nisiquiera llegaron a cubrir dos años de vida de la pobre. Por su gente logro descubrir que la antecesora de Lelio se había quitado la vida, siendo así que no tenía muchas expectativas sobre el rubio.

¿Por ser hombre quizás dure más?

Una diabólica sonrisa estuvo apunto de pintarse en sus labios al recordar la piel tan blanca y suave que el joven cargaba.

Una superficie perfecta para llenar de marcas.

Sus deseos más morbosos y que jamás podría cumplir con jaider salieron a flote, al punto de tener que morderse la lengua para disimular la emoción. No sería bueno que el emperador note que ella deseaba a otro hombre frente a él.

El mayor la cuestióno con dureza, diría que hasta con molestia.

" ¿Concubino imperial? ¿De que hablas Benela? "

Fingiendo desconcierto, la pelirroja ladeó la cabeza y hablo como si fuera algo obvio.

" Su excelencia, el ahora concubino de la familia imperial, no a salido de su habitación en semanas. Pensé que era natural que sea una de tus preocupaciones debido a la delicada relación entre la nación caída y Arbezela. "

Se inclino levemente, en un intento de mostrar arrepentimiento.

" Si fui imprudente pido disculpas.... "

" No, tu no... Ah "

Cerró los ojos reflexivamente. En su mente solo brillaba Lelio, Lelio y más Lelio, lo cual no ayudaba mucho en su búsqueda de encontrar paz para poder hablarle con calma a Benela.

' Carajo '

Gruño mientras sentía una incomodidad en el estómago. Posible acides debido a los constantes ataques que sufría ante el estrés.

" Tengo varias precauciones mi rosa. Y agradezco tu atención, pero puedo asegurarte que la razón de mis problemas no es el príncipe depuesto. "

Benela asintió no muy convencida.

" Pero... "

" Benela, por favor. "

Con aquellas palabras, la concubina comprendió que hasta ahí había llegado la conversación. No podía rechistar ni indagar más en el tema sin ser conciente que eso le costaría los puntos que tanto le costó conseguir con Jaider.

No fue algo que le molestó a decir verdad.

Como si fuera una serpiente Benela se deslizó bajo las sábanas. Llamando la atención del mayor en cuanto de forma estratégica de había acomodado en la entrepierna de este.

El amado concubino de Secramise [ Las joyas de la princesa ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora